Fortuny, Muralla y Horts de Miró concentran pisos ocupados y a la venta en Reus

Ofrecer en venta viviendas ilegalmente ocupadas y hacerlo con los mismos ocupas dentro se ha convertido en una salida para entidades bancarias y sociedades que quieren desprenderse de propiedades sin pasar por el largo proceso de vaciarlas. Con el traspaso de uninmueble en estas circunstancias, el comprador se hace cargo que tendrá inquilinos en situación irregular y el desahucio corre de su cuenta. A cambio, obtendrá un precio más reducido y facilidades en la operación En Reus, de pisos de bancos en venta con ocupas hay, en estos momentos, mínimo una cincuentena. Buena parte se localizan en el barrio Fortuny, Muralla o Horts de Miró, pero también se encuentran en el Carrilet, el Carme o Mas Pellicer.

Las viviendas de este tipo, que a menudo son resultado de ejecuciones hipotecarias, se publicitan directamente como «ocupados» y en los anuncios queda muy claro que el vendedor «no responderá sobre el estado de conservación». El más barato de la ciudad es un ático antiguo que cuesta unos 18.000 euros, con dos habitaciones y unos 30 metros cuadrados, y se ubica en Jaume I. El más caro, por el contrario, vale 114.000 euros, tiene tres habitaciones y dos lavabos, y está en Pere el Cerimoniós. Algunos tienen ya rebajas de hasta el 40% con respecto a su precio inicial. Entre estos 50 que ahora se pueden consultar en plataformas como Haya Real Estado –que dispone de pisos de Bankia, Caixamar, BBVA, Cajamar o la Sareb- hay, por ejemplo, un piso del edificio parcialmente ruinoso de Sant Magí. Muchos no tienen fotos o tienen pocas porque no se puede acceder.

Desde la inmobiliaria reusense Finques Martí, Elena Martí explica que «tenemos alguna propiedad de algún banco que está ocupada» y detalla que los que se interesan por comprar un inmueble así «son principalmente inversores» ya que «cualquier persona particular normal y corriente no sabe como hacer un desahucio y lo más habitual es que si busca un piso sea para vivir allí». «Habitualmente no hay ninguno privado que se embarque enalgo similar», añade. En relación a las ventajas económicas que se aplican a estos pisos, apunta que «si no se pueden enseñar ni se puede entrar, ni se sabe quién hay establecido dentro ni cuánto de tiempo tardará en querer marcharse, ni tan sólo como están los inmuebles por dentro, es evidente que quien los compra tiene que tener un precio más bajo».

Martí concreta que a veces, si no hay ningún mecanismo de vigilancia activo, «tenemos conocimiento que un piso de un banco ha sido ocupado porque, en el momento que hemos ido para enseñarlo, ya no hemos podido entrar». Una vez eso se detecta, «lo comunicamos a la propiedad» y «hay algunos bancos que deciden intentar echar a los ocupas y otros que optan por seguir ofreciendo aquella vivienda en venta especificando, a partir de entonces, que hay estas personas y aportando siempre toda la información». «Los bancos sufren el problema que, cuando eso les pasa, les es muy difícil deshacer la ocupación, y la ley no ayuda», añade, y detalla que «según quien haya entrado, se puede negociar y buscar un acuerdo; pero también hay los que no quieren negociar, sino quedarse en el sitio donde están y seguir viviendo allí sin más».

Se blindan los de un valor más alto

Teniendo en cuenta la gran cantidad de inmuebles que han acumulado, procedentes en buena parte de hipotecas que nunca acabaron de pagarse, las entidades bancarias han priorizado el blindaje de las viviendas de más valor. Los que no les reportarán cifras elevadas con su venta quedan, pues, más desprotegidos, sin sistemas de aviso o puertas metálicas, y son estos los que acaban acogiendo ocupas. Por eso no es infrecuente que se trate de pisos que necesitan que se hagan reformas integrales o que se encuentran en puntos especialmente poco atractivos.