Misericordia 2020
'Romances y cañonazos', el punto de humor en la Misericòrdia de la covid
El Carro de los Romances y el Cañón de las Fiestas extendieron ayer su sátira en un formato estático
El Carro de los Romances y el Cañón de las Fiestas se reinventaron ayer en una versión estática, enclavada a la plaza de Anton Borrell, para ceñirse a las restricciones de la Misericòrdia 2020 marcada por la covid-19. El espectáculo Romances y otros cañonazos... , configurado para ofrecer al público –que permaneció sentado en todo momento– la esencia de estas dos representaciones ya tradicionales y surgidas del Bravium, ofreció dos textos inspirados en la literatura de hilo y caña: El gato i Las pescaderas .
La primera de las rondallas quiso introducir los asistentes en la peculiar historia de un felino adiestrado para acabar con una plaga de ratas y que acaba envenenado y «enterrado con un gran funeral en la catedral de Tarragona». La otra, Las pescaderas , que fue cantada, convirtió el Parque Sant Jordi en toda una lonja donde las sardinas se vendían bien baratas y a buen ritmo. A pesar del formato de circunstancias, el Carro de los Romances se esforzó por animar al público y lo animó con un baile final, justo antes de que caballo y carro enfilaran la salida para dejar paso al Cañón de las Fiestas, con sus cañonazos de viva voz.
Al grito de «acosteu-vos si voleu sentir quatre animalades i no us tapeu les orelles que arriben les canonades», y después de aclarar que «no, no, esta vez no os acerquéis, de verdad», el capitán cedió el protagonismo al público, que había recogido en la entrada de la plaza todo un listado de 'versots' numerados. Llamando a un número al paso del cañón , todo el mundo que quiso dio pie a la lectura «en grupo, todos» de alguna estrofa concreta. Había dedicadas, como no podía ser de otra forma, a la pandemia. Pero también al rey emérito, a las compras por internet, la vuelta a la escuela o, incluso, la explosión de la planta de Iqoxe.
Defensa de la cultura
El Cañón de las Fiestas tampoco quiso olvidarse de algunos 'versots' reivindicativos: «Defendemos a nuestro gremio que amamos con granlocura , la cultura es necesaria y por descontado segura»!. Las medidas extraordinarias de contención del virus que, desde hace todo un mes, el Departamento de Salud aplica en Reus y los cribados que se hicieron en tres barrios de la ciudad también centraron otros que explicaban que «desde marzo hasta el verano ha ido tirando el veneno, hasta el punto que hace dos días Reus parecía un polvorín. Mientras la Vergés hablaba de aplicar alguna medida, al Pellicer no se lo veía ni en retrato ni en pintura. La gente ha ido a la playa, de parranda y al gimnasio, y después al CAP Sant Pere a zamparse bastones por la nariz». Y es que eso de la covid-19, como bien se cantó ayer en la plaza de Anton Borrell, «primero parecía la trama de una superproducción, pero ahora la realidad ya supera la ficción».