Urbanismo
Vecinos piden que se demuelan las naves de Pere Cerimoniós y Prous i Vila de Reus
El Ayuntamiento las ha tapiado y aloja temporalmente los ocupas en una fonda pero uno de ellos sostiene que se queda hasta la orden judicial
La empresa que el Ayuntamiento ha contratado para tapiar las naves abandonadas e ilegalmente ocupadas de la calle de Josep Maria Prous i Vila concluyó ayer al mediodía los trabajos, iniciados miércoles de la semana pasada. En la misma intervención, se ha cerrado también el acceso a los antiguos talleres de la avenida de Pere el Cerimoniós. Sólo queda unoque mantiene habilitada la puerta, en la misma avenida. Habita unocupa con sus perros, que se resiste a marcharse y asegura que no lo hará sin una orden judicial. El resto de las personas que vivían en las naves industriales han quedado provisionalmente realojadas por los Servicios Sociales municipales en una fonda. Algunas han recogido las pertenencias que tenían depositadas antes de abandonar el lugar, o han trasladado objetos –había que comerciaban con chatarra– en otros puntos.
Del interior de la isla de construcciones, que tuvo que ser limpiada antes de tapiarla a raíz de la gran cantidad de desperdicios que se acumulaban, han salido hasta 12 camiones de dimensiones considerables cargados con basura. La mayoría era ropa pero dentro de las naves también había multitud de envases de alimentos y excrementos, y la situación era insalubre. Los operarios encargados de las obras han contado con el apoyo permanente de agentes de la Guardia Urbana para prevenir cualquier disturbio que se pudiera producir, aunque los que se han dado han sido puntuales. Vecinos y trabajadores de negocios de la zona agradecen que estos días, desde que las naves empezaron a ser tapiadas, «ha habido más tranquilidad» pero ve esta como una «solución a medias» y piden que la isla de naves se derribe. Plantean la posibilidad de convertir el solar resultante un aparcamiento de vehículos «que hace falta aquí».
La que quemó no se derriba
El incendio, el día 27 de octubre, de la nave situada en el número 34 de Prous i Vila desencadenó la intervención del Ayuntamiento, que ordenó clausurar las construcciones. El futuro de esta en concreto, que ya se había incendiado otra vez dos meses atrás, quedaba pendiente de un informe del arquitecto municipal. El consistorio había apuntado en un principio la posibilidad de demolerla pero finalmente, tal como detallan fuentes municipales consultadas, «de momento se ha cerrado y el titular tendrá que optar por derribarla o reformarla». Su estado después de la acción de las llamas no representaría un peligro, al menos inminente. Algunos de los antiguos talleres están conectados por agujeros que los mismos ocupas han hecho en las paredes.
La imagen de las naves ya tapiadas ha despertado un gran interés entre el vecindario de la zona y ayer, mientras se terminaban los últimos flequillos, no eran pocos los peatones que se detenían para preguntar a los obreros qué se estaba haciendo. Una mujer, que vive cerca de la isla y que no aporta su nombre, explica que «hace justamente un mes, tuve que llamar a Mossos porque los ocupas saltaban y entraban en las terrazas» y lamenta que «esta antes era una zona tranquila pero había algunos que generaban problemas». En relación a los últimos incendios, apunta que «el humo entró en las casas» y que la suciedad que había dentro de las naves «traía ratas». Ahora, «nos quedamos más tranquilos pero lo que realmente queremos es que todo eso vaya al suelo porque si no, se volverán a poner, y porque aquí se había hablado anteriormente de hacer un parking». Otra vecina que observa los trabajos explica que «este era un lugar limpio y dejó de serlo», alerta que «si las naves continúan de pie, seguro que los ocupas vuelven» y pide «que se derriben como se ha hecho en otros sitios, porque es posible y pondría fin al problema». Joan Carrion, que tiene una planchistería próxima a las naves, dice que «demoler las naves tiene un coste pero sería un coste útil» y que «si se derriban, se acaba el problema y se beneficia el vecindario» porque «aunque ahora estamos es tranquilos, no es una solución como Dios manda».