Religión
La comunidad de S. Joan de les Filles de la Caridad se marcha de Reus
La falta de vocaciones deja sólo activa en Reus la de la Anunciació, que atiende la Fundació Mn. Bara
La comunidad de Sant Joan, de las Filles de la Caritat de Sant Vicenç de Paül, ha abandonado definitivamente Reus hace pocos días. Su disolución era esperada desde que, a finales de septiembre, los Pares Paüls cerraron la iglesia de la calle Jovellanos por el traslado de su último miembro, el padre Josep Maria Biosca, de 91 años, y a dejar la ciudad y al mismo tiempo el Arzobispado de la provincia de Tarragona. El motivo que ha llevado a esta comunidad de las Filles de la Caritat a replantear su destino es el mismo: la falta de vocaciones que no permite el relevo generacional y que su madre superiora, sor Dolors, había sido destinada a una residencia de Barcelona donde ya se encuentra instalada. El resto de hermanas, de edad más avanzada y delicadas de salud, han sido reubicadas ahora a comunidades más cerca de su casa donde vivirán un tiempo de reposo. En Reus queda activa otra comunidad de las Filles de la Caritat de Sant Vicenç de Paül, la de la Anunciació, en la plaza del Teatre, con integrantes más jóvenes y que cuida de la FundacióMosén Frederic Bara, que mantiene sus tareas con total normalidad.
Joan Sas, que es presidente de la Conferencia de Reus de la Societat de Sant Vicenç de Paül, explica que la comunidad de Sant Joan, de las Filles de la Caritat de Sant Vicenç de Paül, estaba integrada por unas cinco hermanas y ubicada en la iglesia de la calle Jovellanos, de cuyo mantenimiento se hacía cargo, y «atendía a la gente necesitada, visitando a las personas mayores y enfermas, en tareas de caridad, atención personal y apoyo moral». Su adiós se origina «en la falta de vocaciones, de gente joven que se quiera dedicar al llamamiento religioso». «Sí que va entrando juventud pero no como años atrás, cuando había mucha más vocación y muchas personas jóvenes que se querían dedicar a la cuestión religiosa», añade Sas, que dice que «la sociedad trae cambios y eso no quiere decir que, dentro de unos años, no pueda haber otro impulso, pero hoy por hoy el número de vocaciones que van saliendo es bastante pobre». En el escenario actual, «las comunidades se reducen y se tienen que ir concentrando», concluye, y eso provoca que no puedan abarcar tantas poblaciones.
Cambio a la misa de las Clarises
El cierre, con el último oficio celebrado el pasado 27 de septiembre, de la iglesia de los Pares Paüls ha hecho redistribuir a los feligreses que acudían. En este sentido, el prior de Reus, Joan Antoni Cedó, valora que no ha habido problema y que este ha resultado un proceso natural, y también las acciones pastorales se han reubicado en la parroquia. Sí que ha ocurrido que, a raíz de las restricciones de aforo por la covid, algunas parroquias de la ciudad han tenido que modificar puntualmente horarios de las misas o bien han abierto alguna más, siempre pendientes de las actualizaciones de la normativa. Hasta que fue trasladado, el padre paül Josep Maria Biosca hacía servicio también en el convento de las Clarises, donde oficiaba las misas. Ahora, el servicio ha recaído en mosén Jordi Sánchez, reusense y rector de parroquias al Arciprestazgo del Alt Camp, que lo asume de lunes a sábado. Los domingos lo presta mosén Josep Moreno, de la Parroquia de Sant Bernat Calbó.