Piezas únicas con sello reusense

Isabel Barber, ceramista, y Elisabeth Tort, diseñadora gráfica, se conocieron en la facultad de Bellas Artes, en Barcelona, hace más de veinticinco años. La primera es reusense y la segunda fue a vivir a la ciudad hace más de una década, dejando atrás Barcelona. Además de una buena amistad, las une un interés por el hecho artístico y las ganas de poner en marcha proyectos para la ciudad. Fruto de esta doble confluencia nacía, hace un par de años, el proyecto Som-hi!, una gama de pulseras de apariencia delicada hechas con porcelana y siguiendo un proceso completamente artesanal. «Las piezas centrales de las pulseras las hago una en una. Están perforadas y esmaltadas de forma manual, y horneadas en una sola cocción», explica Isabel. «Después, se aplica sobre las piezas una carcola a partir de los dibujos de Elisabeth», detalla. El paso siguiente consiste en escoger el hilo de color que más pega en el dibujo y acabar de confeccionar la pulsera, que se ata mediante una valla de nudo.

«Aunque están hechas de porcelana, que es un material que parece delicado, estas pulseras se pueden poner para hacer absolutamente de todo. Ir a la playa, ducharse... No hace falta ir poniéndola y sacándola o, como pasa a veces, que pasado el verano ya las tienes que tirar porque han estropeado», explica Elisabeth.

La gama de pulseras Som-hi! tiene varias líneas. Una de las más populares es la de los gigantes y los críos de Reus. Muy pronto, sin embargo, vieron nuevas aplicaciones, cuando a través de una colaboración con el Carnaval de Vilanova i la Geltrú, probaron la posibilidad de declinar las flores de los mantones vilanoveses. Así nacía una segunda línea de pulseras, con flores y detalles silvestres. La tercera es la línea infantil, con dibujos de Martina, la hija de Elisabeth. Además, también tienen bastante éxito las pulseras con motivos locales, como la de Rosa de Reus o la del Balcón del Mediterráneo de Tarragona.

«El hecho de que las pulseras se hagan una a una quiere decir que no hay nunca dos que sean iguales. Tanto por la pieza de porcelana como por los colores que aplicamos, ya sea con el fondo o con el cordel que las sujeta. Eso hace que cada pieza sea realmente especial», subraya Elisabeth. Además, los dibujos se pueden personalizar. Una opción que ofrecen también en las escuelas, donde hacen talleres para los niños y niñas en que ellos mismos se pueden hacer la pulsera con el dibujo que escoja el centro. «Hicimos un taller en la escuela Montsant con el dibujo de su giganta, y los niños, además de pasárselo muy bien, se llevaron un recuerdo para siempre», explica Elisabeth. Además, añade, las carcolas se pueden aplicar en otros soportes cerámicos, como tazas o platos.

Las pulseras se pueden encontrar aEl Barato, Batabat, Côté Sud, Cuina i detallde Reus, y El Lloro de la Negrita de Tarragona. Ahora, el próximo paso de la empresa es dar el salto en Barcelona, donde las dos socias ven una opción de negocio cuando el turismo en la ciudad se pueda recuperar.