Mas Pellicer denuncia que las bandas reductoras de velocidad «caen a trozos»

«Si la finalidad de estas bandas reductoras de velocidad es hacer que los coches no circulen tan rápido, es evidente que así no la podrán cumplir», lamenta Eduardo Navas, presidente de la Associacióde Veïns I de Maig, que denuncia que, en Mas Pellicer, estos elementos limitadores «no los hemos visto renovar nunca y ahora ya caen a trozos». Efectivamente junto a las aceras han quedado algunas placas desprendidas de las bandas, en un estado de deterioro considerable, y los clavos ruedan por el suelo.

Navas, que asegura que las bandas «nadie las ha arrancado porque no hace falta, están tan mal que pasar por encima a gran velocidad con el vehículo tampoco no sería ningún problema, es que ni siquiera se nota», sostiene que por la calle Mas Pellicer –que rodea el barrio– «a menudo hay algunos chicos jóvenes que conducen por encima de los límites» y que «si las bandas tuvieran algún tipo de mantenimiento, eso, que es peligroso para ellos y para los peatones, no lo podrían hacer, pero no lo tienen». «Es una calle que es muy larga y donde hay muchos tramos totalmente rectos, y aquí nadie vigila nada, así que hay personas irresponsables que aprovechan la situación para enseñar el coche y correr», precisa.

El de las bandas reductoras no es, sin embargo, el único problema vinculado a la movilidad que presenta la zona. Y es que, tal como concreta Navas, el solar entre la pista deportiva del barrio –para la que el vecindario pide una valla– y la riera, donde estacionan vehículos –más desde que el entorno del Hospital se transformó en zona azul–, «funciona como un vertedero» y «hay escombros y botellas de cerveza, pero nadie lo limpia». Unos metros más lejos, otra explanada donde también aparcan coches, «está llena de charcos y, cuando llueve, las ruedas se hunden y es imposible caminar por allí». Además, «cada día son más los vehículos abandonados que la grúa no se lleva y que dejan el barrio sin sitios».

«Peligro» porlas grandes ramas

Si los coches estacionan en la zona blanca, «el techo ya roza con las ramas de algunos árboles porque este año no se han podado», añade Navas, que dice que «lo hemos pedido mucho al Ayuntamiento pero nos dicen que todavía no nos toca a nosotros y, mientras tanto, ya tenemos algunas farolas que se han roto porque las han golpeado ramas grandes que el viento mueve». «Al final, alguna acabará cayendo encima de una persona y entonces nos lo arreglarán todo, pero el mal ya estará hecho», se queja el presidente de la Associacióde Veïns I de Maig, que asegura que «podan antes los polígonos que el barrio». Navas critica que «mientras nosotros nos esforzamos para que la situación sea mejor, el Ayuntamiento no atiende sus obligaciones básicas y colabora en que eso se convierta en un gueto, y no queremos que pase».