Cabalgata «estática» en Reus con un campamento real abierto a las visitas guiadas
El Ayuntamiento prevé que más de 12.000 personas visitarán el espacio, previa reserva y en grupos limitados
«Teníamos claro que la magia y la ilusión no se podía perder y que los chiquillos tenían que tener la oportunidad de un momento tan especial», ha apuntado al concejal de Cultura de l'Ajuntament de Reus, Daniel Recasens. Con la posibilidad de utilizar un espacio verde del centro de la ciudad lo bastante grande para acoger el campamento real y poder aplicar en diferentes grados las posibles medidas de seguridad sanitaria, el campamento se plantea como una alternativa «estática» a la tradicional cabalgata.
La necesidad de limitar la movilidad a la calle que requieren los acontecimientos culturales se encuentra en la base de esta idea. Recasens asume que las dos dinámicas de movimiento, de la misma cabalgata y del público, resultaban inviables en el actual contexto de pandemia. Por eso, y desestimando la posibilidad de celebrar el desfile desde un primer momento, optaron por una opción estática donde también están presentes «todos los puntos de la cabalgata representantes», pero non este dinamismo «viniera del espectador».
Aunque no existían instrucciones específicas por este tipo de actos, el consistorio ha actuado adaptando la normativa para acontecimientos de cultura tradicional y al aire libre, trabajando con el aforo, diseñando los grupos participantes y los de espectadores. La iniciativa, que moviliza diariamente a 80 personas en dos turnos, de diez de la mañana en nueve de la noche, ha requerido la implicación activa de varias entidades y colectivos de la ciudad. Aparte de las medidas básicas de lavado de manos, mascarilla y distancia, se ha diseñado una tarima real que permita interactuar con los chiquillos con seguridad. El hecho de que se desarrolla al aire libre y con un espacio amplio, apunta a Recasens, permite garantizar la seguridad de los grupos reducidos de seis personas.
Inicialmente, el consistorio había planteado abrir el campamento del 2 al 5 de enero, con un volumen inicial de entradas disponibles de 3.000, que se agotaron en una hora, y que posteriormente se ampliaron en 6.000. Finalmente, se acabó optando por los ocho días. Hubo de dudas sobre las entradas, si todo el mundo cabría. Pero todos encuentran el espacio mágico y salen con la sensación de organización, de trabajo cuidadoso y de magia», apunta al concejal.
Guiados por los pajes astrólogo
La opinión de las familias participantes corrobora su apreciación. «Es mol gratificante. Nos ha sorprendido mucho porque para los niños es un momento muy importante y haber perdido la cabalgata sabía mal. Está muy bien organizado», ha apuntado a Laia Nebot, acompañada de su familia. Le ha impactado positivamente, sobre todo, la distribución espacial, las explicaciones y la atención personalizada que los astrólogos, o pajes, han dispensado a las criaturas. «Se han sentido muy protagonistas. Este contacto tan próximo con los pajes no lo habíamos tenido nunca», ha reconocido, apostando para que el campamento se pueda mantener también cuando se recupere la cabalgata.
A pesar de estas reacciones positivas, Recasens no ha querido ir tan lejos. «Podría pervivir pero no nos lo planteamos», a asegurado el concejal, remarcando el protagonismo y carácter único de la cabalgata en el contexto de la fiesta de Reyes.