Policial
Piden que reabran las comisarías de proximidad de la Guardia Urbana de Reus
El Ayuntamiento sostiene que son «pequeñas y poco ventiladas» pero las AAVV quieren que se adapten a la covid porque los vecinos las usaban
Las comisarías externas de proximidad de la Guardia Urbana de Reus permanecen cerradas desde el inicio de la pandemia de la covid-19. La ciudad cuenta con un total de siete de estos puntos –dos de ellos fijos a la estación de autobuses y al antiguo hospital, y otros cinco itinerantes por los centros cívicos–, concebidos como «lugares de recogida de denuncias y de información para facilitar el acercamiento de la policía a la ciudadanía y a los barrios», según la información que el Ayuntamiento pone al alcance de la ciudadanía. A mediados de marzo, coincidiendo con el estado de alarma, detuvieron la actividad y no lo han recuperado, de manera que el espacio de atención que ahora mismo la policía local tiene en marcha es la comisaría central de la avenida Marià Fortuny.
Varios barrios piden que las comisarías de proximidad se reabran porque resultaban «bastante útiles para mantener la seguridad» y «los vecinos las tenían próximas y acudían». Fuentes municipales consultadas sobre la situación defienden que están «cerradas por la pandemia», porque «en general, son espacios pequeños y mal ventilados». En relación a cuando volverán a activarse, las mismas fuentes recuerdan que las comisarías de proximidad «son un buen servicio y funcionan muy bien», y precisan que «la Guardia Urbana espera poder reabrirlas cuando mejore la situación sanitaria». El Ayuntamiento asegura que a la policía local «no ha llegado ninguna petición de asociación de vecinos para reabrir las comisarías externas de proximidad», pero todas las entidades a las cuales este rotativo ha preguntado por la cuestión querrían que se pusieran de nuevo en funcionamiento.
La Asociación de Amigos del barrio Fortuny, con Pepita Roig a la presidencia, es una de ellas. Tal como explica Encarnado, «la comisaría de la calle Sant Joan iba muy bien y justamente hace pocos días que pasé y vi que continúa todavía cerrada». «Si son espacios pequeños», añade, «una alterativa para adaptarse ahora a la covid podría ser que los policías estuvieran en la entrada, en la puerta, para recoger las denuncias, y al menos tener algún agente porque es un lugar de mucho movimiento, y más cuando hay el mercado». «No encuentro bien que no haya este servicio aquí», detalla Encarnado. Aunque los barrios tienen cabos de referencia designados por la policía local, su eterna petición continúa vigente para el 2021: «Querríamos patrullas a pie porque, aunque nos dicen que están y que no las vemos, no pensamos que sea suficiente».
La eterna petición: patrullas a pie
En la misma línea se expresa Domingo Martínez, presidente de la Asociación de Vecinos del barrio Montserrat, que dice que «aunque nuestra comisaría más próxima no era muy utilizada por la entidad», sí que «la utilizaban los vecinos y eso la hacía útil» y «querríamos que estuviera abierta». Martínez apunta que «en el barrio, a la policía la vemos dentro del coche cuando pasa» y «lo que querríamos son patrullas a pie, no cada día, pero sí algunos días a la semana, que fueran andando y se les viera; en eso estamos muy descontentos». En el barrio Montserrat «hemos tenido hace poco un robo en el bar» y «también problemas de incivismo: hay coches en doble fila o gente que no respeta medidas como la de la mascarilla, y no les pasa nada».
Coincide con él Josep Machado, presidente de la Asociación de Vecinos La Armonía del Carme, que detalla que «las comisarías de proximidad son útiles para los vecinos, porque las asociaciones tenemos un cabo de contacto que se activa si hay alguna necesidad». Con todo, al Carme «la policía va pasando» y «querríamos que pasaran más a pie, pero ya sabemos que los efectivos son los que son». Por su parte, Eduardo Navas, presidente de la Asociación de Vecinos I de Mayo de Mas Pellicer, pide que estos puntos de recogida de denuncias «vuelvan» y lamenta que «nadie nos llegó a avisar de que cerraran». Que sean «mujer más tranquilidad a la gente, igual que daría que la policía pasara a pie». En el caso de Mas Pellicer, «el local tiene más de 25 metros cuadrados, no es pequeño» sin embargo «lo que pasa es que no hay efectivos, eso es una excusa». La Urbana tiene en marcha un proceso para incorporar ocho nuevos agentes al cuerpo.