Cultura
Cal Massó de Reus pierde la programación a la espera de concretar una nueva gestión
El contrato con la empresa explotadora acaba pronto y el Ayuntamiento está estudiando si abre nuevo concurso por el espacio o se hace cargo
El Centro de Arte Cal Massó se quedará, de nuevo, sin programación estable. El contrato con la actual empresa explotadora finalizará, según concretan fuentes municipales, «a principios de este 2021», dado que no ha previsto que se aplique la prórroga de dos años que el acuerdo inicial posibilitaba. El gobierno está estudiando si convoca un nuevo concurso para adjudicar la gestión del equipamiento o bien si lo asume directamente y por su cuenta. De hecho, la irrupción de la covid-19 ya forzó, en marzo, el paro de la actividad en las instalaciones de la calle Pròsper de Bofarull, donde la agenda propia se ha mantenido vacía los últimos 10 meses.
Las restricciones derivadas de la pandemia han resultado complicadas de compatibilizar con las características y las particularidades del espacio. En este tiempo, en el lugar sí que se han desplegado acontecimientos y actos impulsados por el Ayuntamiento, como la muestra de elementos del Seguici por Sant Pere, algunas jornadas vinculadas al Festival de Circo Trapezio el Maratón de Donación de Sangre de Reus.
La más reciente empresa en acceder al contrato para dotar de una programación estable Cal Massó ha sido Quatre Quaranta GestióCultural, la ganadora del proceso de licitación que el Ayuntamiento había puesto en marcha a principios de 2018 y al cual se presentaron un total de tres propuestas. A este concurso le había precedido uno anterior, puesto en marcha en el 2017 y que quedó desierto. Y antes, Cal Massó había acogido un proyecto liderado por Isaac Albesa. La explotación se adjudicó finalmente a Quatre Quaranta y quedó adjudicada, según los datos que refleja la plataforma de contratación, en octubre de 2018. El acuerdo era por dos años con la posibilidad de prorrogarse por dos años más, pero la opción de hacer efectiva la prórroga está descartada, como mínimo, a estas alturas. Estos dos años de contrato, el Ayuntamiento sostiene que acabarán a inicios del presente 2021. El canon mínimo marcado en los pliegos que guiaron la licitación era de 2.400 euros, 100 euros al mes.
Entre las condiciones recogidas en el pliego había que el Ayuntamiento se reservaba hasta 50 días para llevar a cabo en el edificio actividades propias. Con respecto a la programación estable de Cal Massó, tendría que llenar un mínimo de 120 días y estar organizada por ciclos de actividad. También se tendrá que ajustar a los objetivos establecidos para el Centro de Arte, que iban desde perfilarse como un «espacio de experimentación para las diferentes disciplinas artísticas» o un «lugar donde dar a conocer las nuevas generaciones de artistas locales», hasta «consolidar la cultura contemporánea».
La gestión de Cal Massó por parte de Quatre Quaranta ha sido prolífica y variada, y ha dejado, entre otros, residencias de artistas, cápsulas de creación, exposiciones, conciertos o presentaciones de libros. Cultura está trabajando ahora para determinar al modelo de gestión que se aplicará al centro, con la prioridad de que Cal Massó no quede cerrado dado que se trata de un equipamiento relevante para la concejalía, sin dejar de lado el hecho de que la covid-19 no facilita las cosas.
Fórmula directa
Antes de que el concurso –el segundo, el de 2018– se convocara y fructificara, la CUP había planteado, en forma de moción al pleno, «recogiendo la desubicación y malestar de colectivos e individualidades del mundo de la creación plástica, escénica o musical de la ciudad, que no saben dónde dirigirse para exponer», que Cal Massó no se vuelva a licitar y se mantuviera como municipal. La propuesta fue rechazada con el «no» de PDeCAT, ERC, Ara Reus Cs y PP y la abstención del grupo del PSC. En la misma sesión, el gobierno, entonces con Montserrat Caelles como concejala de Cultura, ya apuntó que «en caso de que, en un futuro, las cosas cambiaran, se puede replantear el modelo» y apuntó que municipalizar la gestión se traduciría en una partida presupuestaria de unos 135.000 euros.