Cerrar los fines de semana lleva a los marchantes pérdidas de hasta el 50%

El cierre del comercio no esencial durante los fines de semana ha golpeado fuerte, también, al colectivo de los marchantes, que en Reus –aparte de desplegarse los lunes y los miércoles– colocaban sus paradas en torno al Mercat Central todos los sábados. La medida, la cual la Generalitat aplica para contener la propagación de la covid-19 y que se alargará al menos hasta finales de mes, representa «pérdidas por encima de un 20%» y que «llegan hasta el 50%» según el caso, tal como apunta Lluís Salvat, secretario de la Associació de Marxants de la Província de Tarragona, que mantiene que la afectación de las restricciones «es importante» y que implicará, a veces, «dejar de tener algunos mercados». Sábados y domingos, «siempre se trabajaba un poco más y eso, últimamente, mejoraba el resto de la semana», preciso, y apunta que «hay marchantes para los cuales no ponerse el fin de semana en Reus, en Bonavista o en Hospitalet representa perder el 50% de las ventas o, cuando menos, de las posibilidades de vender». En el sector, «necesitamos ayudas», añade.

La limitación en este aspecto ha coincidido con que «este mes, en Reus y en otros de los municipios donde hay mercado, ya volvemos a pagar las tasas para estar». Los marchantes piden al Ayuntamiento que amplíe la exención que hasta el pasado diciembre les había permitido ocupar la vía pública sin cargos, porque «la pandemia está al orden del dia y la situación no está mejorando», o que, como mínimo, «se nos rebaje: no tiene demasiado sentido que el precio sea el mismo cuando la posibilidad de vender y la afluencia no lo son», tal como valora Salvado. A los marchantes se les descontará de la tasa los sábados que la normativa no les permita instalarse. Por el resto, fuentes municipales consultadas apuntan que no ha previsto ningún cambio.

Desde que se reactivó, en julio, el Mercat de Marxantsopera en Reus con el 75% de las paradas que había antes de la irrupción de la pandemia del coronavirus. El volumen de puntos de venta se redujo para incrementar la seguridad y el secretario de la Associació de Marxants de la Província de Tarragona explica que eso no ha repercutido negativamente en los que se han quedado y que «los clientes no han perdido ningún producto por este motivo y, de hecho, todavía hay repetidos». Sí que ha tenido consecuencias, dice, en un aspecto: «Como lo que se ha retirado es una línea central de paradas que había y ahora sólo hay paradas en los lados de la calle, durante el 2020 hubo días de mucho viento en los cuales nos encontramos que, por una cuestión de tener precaución con todo el mundo, no nos pudimos poner y nos tuvimos que marchar sin trabajar».

En lo acumulado del año pasado, precisa Salvado, «las pérdidas pueden subir a un 80%». Con todo, los marchantes entienden que «si los contagios están disparados, como dice el gobierno, tenemos que entender que haya cierre y esperar a ver si pueden volver a trabajar en fin de semana». «Viendo cómo está la economía, quizás no es justo pero tampoco es justo para los centros comerciales o para las tiendas, que también lo están pasando mal,» añade, y sostiene que «el gobierno tendría que poner más ayudas».

Expectativas sobre el nuevo CMQ

La puesta en marcha del CMQ en el antiguo hospital, la semana pasada, todavía no ha tenido repercusión en los marchantes aunque los vendedores esperan que los primeros efectos positivos lleguen «una vez entren en funcionamiento todos los servicios que se tienen que trasladar». El Ayuntamiento prevé que el CMQ atraiga a 2.000 personas al día en la zona.