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Judicial

Suspendido el juicio por un doble secuestro en Reus por la incomparecencia de uno de los acusados

La fiscalía pide penas que oscilan entre los 12 y los 21 años de prisión, y la expulsión del país

Fachada del Palacio de Justicia de Tarragona.

Palacio de Justicia de TarragonaGerard Martí

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La Audiencia de Tarragona ha suspendido el juicio que tenía que empezar este jueves por el secuestro de dos hombres en Reus en enero del 2019. Uno de los cinco procesados -todos ellos en libertad provisional- no ha comparecido y el tribunal se ha visto obligado a aplazar hasta el lunes el inicio de la vista oral. La fiscalía pide penas de entre 12 y 21 años de prisión, y la expulsión de país. El ministerio público sostiene que, para llegar al principal objetivo, I.B., los acusados secuestraron primero a otro individuo, F.M., que utilizaron como cebo. Durante el cautiverio, apunta, les agredieron y les amenazaron de muerte para conseguir un rescate de 30.000 euros. A uno de ellos lo liberaron en un camino y al otro lo rescataron los Mossos del interior de un maletero.

Según el escrito de acusación del fiscal, la madrugada del 28 de enero de 2019 varios acusados golpearon el vehículo de F.M. en una calle de Reus y, cuando este salió, lo cogieron del brazo, le pusieron un tapabocas y lo hicieron entrar dentro de otro coche donde lo sujetaban y lo hacían ir con la cabeza gacha. Le ligaron las manos con su cinturón, lo descalzaron y le golpearon los pies con una barra de hierro, y lo trasladaron a un edificio, según fiscalía.

Como se resistía, señala la acusación pública, uno de los acusados le puso una pistola en la boca y le exigió que llamara al objetivo principal del secuestro, I.B., y que se inventara una excusa para que fuera. Finalmente, el hombre pidió por teléfono a su amigo que fuera a buscarlo al campo de fútbol de Maspujols bajo el falso pretexto que se había quedado sin gasolina en el coche.

I.B. fue hacia allí y, al ver a F.M. tiradoen el suelo, salió del coche y rápidamente varios individuos se dirigieron hacia él. Uno llevaba la cara tapada y lo apuntaba con una pistola, mientras que otro le hizo un corte en la mano con un cuchillo para que se pusiera en el maletero de su propio vehículo, siempre según la versión del fiscal. Una vez introdujeron al otro hombre en el mismo maletero, los procesados empezaron a circular con el vehículo. En un momento dado, les hicieron bajar y les hicieron andar un rato mientras exigían a I.B. que pagara 30.000 euros o, sino, los matarían.

Finalmente, trasladaron a las víctimas a una masía de Maspujols donde solía vivir uno de los procesados. Allí, separaron a las víctimas en dos estancias diferentes y, mientras duró el cautiverio, golpearon a I.B. con la culata de la pistola, le clavaron varios golpes, lo obligaron a ponerse de rodillas, le dijeron que lo violarían y que matarían a su mujer embarazada, y le exigieron nuevamente que contactara con la familia para pedir el rescate.

Al cabo de unas horas los acusados obligaron a las víctimas a entrar en una casita que había en la parte exterior de la masía. Introdujeron a F.M. en un coche, lo llevaron a un camino y lo dejaron en el suelo, bocaabajo. Cuando se quedó solo, el hombre empezó a correr hasta que llegó a Reus, sobre las dos y media de la madrugada, y se puso en contacto con la familia de I.B.

Mientras I.B. seguía retenido en la masía, los encargados del cautiverio hablaban con los hermanos Abdelkarim y Abderrahim S., los cuales decidían qué se tenía que hacer con la víctima y, al mismo tiempo, llevaban la dirección de las negociaciones para el pago del rescate, según la investigación.

Mientras, el hermano de I.B. mantenía conversaciones con los acusados por el rescate y, al mismo tiempo, estaba coordinado con los Mossos d'Esquadra. Finalmente, los acusados aceptaron el pago de 25.000 euros que ofreció el hermano y también accedieron a hacer el intercambio en el campo de fútbol del Reus Deportiu.

Una poco antes de las nueve de la noche del 30 de enero de 2018, introdujeron aI.B. enel maletero de un vehículo alquilado al que alteraron la matrícula. Los agentes de la Unidad Central de Secuestros y Extorsión y el Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos desplegaron un dispositivo que permitió encontrar a la víctima dentro de un maletero, con las manos atadas con cinta adhesiva a la espalda, con la cara tapada y con un guante de látex en la mano.

Posteriormente, el juzgado autorizó la entrada y registro de la masía de Maspujols, donde la policía encontró un revólver. El 29 de enero los Mossos detuvieron a tres individuos, mientras que a los dos otros procesados -los dos hermanos que dirigían las operaciones- los detuvieron el 12 de marzo. De todos ellos, el análisis de tóxicos determinó que tres de ellos habían consumidodrogas. Los cinco individuos, que tienen entre 30 y 34 años y son originarios de Marruecos, entraron provisionalmente en prisión pero aproximadamente al cabo de un año y medio quedaron en libertad provisional sin fianza.

Penas de hasta 21 años de prisión y expulsión del país

La fiscalía pide 12 años de prisión para cada uno de los dos hermanos, Abdelkarim S. yAbderrahim. En concreto, solicita 7 años por secuestro, 3 años por detención ilegal y 2 años y multa de 2.520 euros por falsedad documental. Para los otros tres individuos, El Habri A. -que es elque no ha comparecido este jueves-, Mousstohil B. y Driss B., el fiscal pide 21 años de prisión: 3 años por detención ilegal, 7 años por secuestro, 5 años por lesiones, 2 años por amenazas, 2 años por tenencia ilícita de armas y 2 años por falsedad documental, además de multa de 3.150 euros cada uno.

El ministerio público subraya que los procesados no han aportado documentación que les permita permanecer en el estado español y tampoco consta ninguna razón que justifique su permanencia. Por este motivo, propone que se ejecuten dos tercios de la pena de prisión y que el resto se sustituyan por la expulsión del país. Además, planteaque no puedan volver durante ocho años.

En concepto de responsabilidad civil, la fiscalía pide que paguen 210 euros de indemnización al hombre que utilizaron de cebo -el cual sufrió lesiones leves y no tiene secuelas- y poco más de 17.000 euros al otro, I.B., que pasó cuatro meses de baja y presenta trastorno de estrés posttraumático, una limitación de movilidad en algunos dedos y cicatrices.

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