Economía
El comercio de Reus pierde hasta un 50% de la facturación en enero por las restricciones de la covid-19
Los tenderos piden abrir los sábados y los centros comerciales dicen estar «agotados» por el cierre forzado
La presidenta de la Unióde Botiguers de Reus, Meritxell Barberà, señala que el impacto económico es muy «grande» y destaca que el 75% de los comercios encuestados por la entidad vendieron menos en enero. «Incluso, en algún caso, las pérdidas llegan hasta un 80%. Eso es muchísimo, creemos que todo el comercio es esencial si queremos mantener vivas las ciudades», valora Barberà.
Aunque ve con buenos ojos el paso del confinamiento municipal en el comarcal y que las librerías se hayan considerado bien esencial, la portavoz de los tenderos considera a uno sin sentido que los establecimientos no puedan abrir los sábados. «Tenemos los mismos habitantes tanto de lunes a viernes como sábado», se queja. Además, subraya que han cumplido «estrictamente con las medidas de seguridad e higiene desde el primer día».
El presidente de La Via T de Tarragona, Salvador Minguella, también cuestiona las medidas adoptadas el jueves por el Procicat. «¿Qué diferencia hay entre el viernes y el sábado?», se pregunta el portavoz de los comerciantes. La Via T critica que las ayudas del Gobierno llegan con cuentagotas y que son insuficientes para cubrir gastos. En todo eso, los tenderos de ambas ciudades constatan que la campaña de rebajas está siendo «atípica» y «floja», aunque recuerdan que las ventas se reactivaron por Navidad.
Los centros comerciales, agotados
El 86% de los locales del centro comercial La Fira de Reus -los que no están considerados esenciales- llevan casi un mes con la persiana bajada. La gerente, Mayte Forján, asegura que mantener el cierre es «incomprensible» y «injustificable», y denuncia el agravio comparativo con respecto a otros negocios que sí pueden abrir. Forján admite que el sector ha recibido las medidas aprobadas por el Gobierno como una «jarra de agua fría».
En la misma línea, el gerente del centro comercial Parc Central de Tarragona, Miguel Ángel González, dice que se sienten discriminados, cansados y agotados. En su caso, destaca que la caída de las ventas ha sido prácticamente del 100%, aunque algunos negocios puedan vender en línea y a domicilio. Este formado, sin embargo, tampoco es del todo satisfactorio, según González, «porque lejos de ayudar al comercio local, estas restricciones hacen que el consumidor busque otras vías que siempre son beneficiosas para el territorio».
Hace un año, Parc Central vivió el mejor febrero desde el 2011. A pleno rendimiento el centro da trabajo a 2.000 trabajadores directos -más los indirectos-, por lo cual el gerente avisa que las restricciones tendrán repercusiones económicas y que dificultarán la reanudación de la actividad. «La vida en la ciudad también se está resintiendo porque también atraemos público de fuera. Además del daño actual también tenemos que valorar el daño futuro», concreta.
«Esperamos que el Procicat vuelva a estudiar la situación y examine las medidas. Pedimos que nos dejen trabajar y abrir las puertas cuanto antes mejor», exige el gerente de Parc Central, Miguel Ángel González. A su vez, la gerente de la Fira de Reus, Mayte Forján, endurece el tono y apunta que estudian emprender acciones legales contra el Gobierno a través de la Associacióde Centres Comercials de Catalunya.