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El Cantaval de Reus satiriza sobre la covid-19, los políticos y el Mercat del Carrilet en el décimo aniversario

El acontecimiento se adapta a las restricciones con una actuación en La Palma con aforo reducido

Los miembros del Cantaval actuando en La Palma de Reus en la décima edición.

El Cantaval de Reus satiriza sobre la covid-19, los políticos y el Mercat del Carrilet en el décimo aniversario

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El Cantaval de Reus se ha celebrado este sábado sin el desenfreno habitual, pero con el espíritu carnavalesco. La comisión organizadora ha cambiado el pasacalle por las calles del centro de la ciudad por el escenario de La Palma de Reus, donde han cantado un repertorio de canciones nuevas y éxitos del año pasado. No se han escapado de la sátira tanto los políticos de ámbito nacional que se presentan en los comicios de este domingo como las autoridades locales. También han criticado la situación del Mercatdel Carrilety han hecho humor sobre la mala suerte de aquellos que no fueron afortunados por la lotería. Ahora bien, el tema estrella ha sido el coronavirus. Con el aforo reducido a unas 170 personas, algunos de los asistentes se han disfrazado para participar del concurso.
La covid-19 ha obligado los quatres miembros de la comisión del Cantaval a subir al escenario de La Palma de Reus para cantar temas polémicos de actualidad. Aunque el objetivo es versar sátiras del ámbito municipal, este año, la pandemia ha sido la protagonista del repertorio musical. Los expresidentes Quim Torra y Carles Puigdemont y los partidos independentistas y los constitucionalistas también han sido el blanco de las versiones de temas clásicos y muy conocidos. Con respecto a las autoridades municipales, como Carles Pellicer, también han recibido la burla de los músicos, por ejemplo, por la polémica generada en torno al cierre del Mercat del Carrilet.

A pesar de la situación sanitaria, los organizadores del Cantaval han querido mantener el acto y no dejar de celebrar su décimo aniversario con el humor y la burla política. «Es muy complicado organizar actos hoy en día, hay mil y una normativas, pero creemos que valía la pena conservar al menos un acto porque la alternativa era cero, ya que no se pueden hacer los clásicos desfiles de carnaval,» ha señalado el señor X, uno de los miembros del Cantaval. Aunque todo el mundo los conoce, los organizadores prefieren mantener el anonimato.

Las restricciones y medidas de seguridad han condicionado el espectáculo, ya que se ha hecho a La Palma, un espacio al aire libre con un aforo restringido a unas 170 personas. Los asistentes han cantado el repertorio del cancionero sentados, con mascarilla y manteniendo las distancias. Algunos de ellos disfrazados de hippies, de los Jackson 5 o de los líderes políticos. Este año, coincidiendo con el décimo aniversario, se ha organizado un concurso de disfraces a fin de que hubiera un ambiente más carnavalesco y también se ha contratado un grupo de glosadores profesionales, que han actuado al final.

«El modelo estático no es lo que nos gusta ni lo que llevamos al ADN, pero al menos es la única manera de salvar los actos culturales y permitir que haya músicos con actuaciones y haciendo cultura popular», ha reivindicado al señor X. En la misma línea, se ha manifestado una compañera del Cantaval que ha defendido la necesidad de organizar el acontecimiento. «Creemos que la cultura es segura y que para la salud psicológica también es importante, el Cantaval busca recuperar el punto de crítica política que tenía el carnaval», ha completado.

El Cantaval ha sido el único acto presencial del carnaval reusense, con la excepción de la muestra organizada por el Ayuntamiento y la FederacióReusencad'Associacions de Reus (FRAC). Se trata de la exposición «Por febrero, Carnestoltestenemos que hacer» que se podrá visitar en el Castelldel Cambrer hasta el 28 de febrero.

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