Los hospitales de Reus y Tarragona se equipan para detectar nuevas variantes del virus

El Hospital Sant Joan de Reus ha incorporado un secuenciador NGS para «detectar las variantes mutacionales del virus» responsable de la covid-19. Se trata, tal como concreta al subdirector de Salut Pública al Camp de Tarragona i les Terres de l'Ebre, Conrad Casas,de una herramienta «primordial» que «hace la secuencia del ARN del virus para saber si hay mutaciones importantes que definen si es una cepa nueva». Contar con esta información permite modificar aspectos tan relevantes como «las pautas que tenemos fijadas a los protocolos, por ejemplo, en cuestiones de cuarentenas o en aislamientos». Además, «esta tecnología no sirve únicamente para secuenciar el coronavirus, sino que también se puede utilizar para cualquier otro virus que tengamos circulante y para cualquier otra enfermedad, como la gripe,» añade Casas.

El nuevo secuenciador del Sant Joan tendrá un alcance que va más allá del centro sanitario reusense, ya que «trabajará como aparte de la red de vigilancia epidemiológica» porque «no analiza tan sólo las muestras del hospital donde está» y «lo más importante es que aporte datos a nivel poblacional para saber qué está pasando y si empiezan a aparecer cepas que no teníamos». El Hospital de Reus está preparando ahora la activación del sistema, el cual también puso en marcha el Hospital Joan XXIII de Tarragona hace pocas semanas. Dotar Reus y Tarragona con esta técnica ayuda igualmente a «no colapsar siempre unos mismos laboratorios». Hasta el momento, el referente aquí era el Vall d'Hebrón.

La red de vigilancia epidemiológica «tiene una serie de laboratorios que hacen las pruebas PCR» y «unos cuantos de ellos cuentan con el equipamiento adecuado para poder secuenciar el virus». La vigilancia, tal como detalla Casas, «no la hacemos con todas las muestras que se analizan al laboratorio sino de forma aleatoria y con criterios de representatividad del territorio». Así, «como ejemplo, de las muestras derivadas desde la Primaria para confirmar por PCR si es un positivo, cogen un 80% y lo secuencian; y otro 20% vendrían de la asistencia hospitalaria, de enfermos que ingresan con covid y que, por lo tanto, están más graves». De esta manera «se ve si hay alguna correlación entre los casos de ingresados en el hospital, que han desarrollado la enfermedad de forma más grave, y la cepa que circula».

La británica es ahora la que prevalece

El subdirector de SalutPública en Tarragona recuerda que «la cepa que más predomina ahora es la británica, que es la que va ganando terreno en todos los muestreos en Cataluña». En el Camp, «haciendo una estimación que no es científica ni exacta, en torno a un 25 o un 30% de las cepas que estamos secuenciando son de la británica». En general se conocen también, entre otros, «la brasileña, la sudafricana» y «ya están apareciendo otros que de momento aquí no se han encontrado, como la nueva que se ha identificado ahora en Andalucía». «Ir teniendo variantes del virus es un escenario con el cual hace falta que contemos, porque va mutando,» sostiene Casas, que dice que «quizás dentro de unas semanas sale una más contagiosa que la británica y así la desplaza». De aquí la importancia de tener los secuenciadores.

«A nivel de territorio», puntualiza Casas, disponer de secuenciadores «nos da capacitado de diagnóstico y analítica para no tener que depender de fuera» y «cuanto más cerca, la respuesta es más ágil». Con todo, «tampoco es tan importante tener la respuesta en 3 o en 7 días sino que se trata de tener información». «Por ejemplo, si todos los enfermos que tienes ingresados por covid en un hospital, ya sea en planta o en UCI, responden a una variante, pues sabes que es mucho más agresiva que otra y puedes variar estrategias a la hora de identificar casos o en el rastreo», expresa el subdirector de SalutPública, que recuerda que «sea la variante que sea, hay que respetar los aislamientos y cuarentenas».

Tecnología útil con los cánceres

El Hospital Sant Joan se ha equipado con un secuenciador NGS e incorpora así este servicio que «será imprescindible para actuar con celeridad ante los retos que se plantean con motivo de las nuevas variantes del virus», según recoge el contrato, tramitado de urgencia. El equipo ha costado unos 240.000 euros. Fuentes del centro detallan que el aparato también puede «secuenciar material genético de diferentes cánceres con el fin de establecer los tratamientos individualizados» y resulta útil para «detectar alteraciones que puedan indicar si hay riesgo de sufrir un cáncer hereditario o, por ejemplo, diferentes enfermedades metabólicas, como trastornos lipídicos, y actuar preventivamente».