Sucesos
Una «planificación errónea», causa del accidente de la avioneta del Aeroclub
La investigación concluye que los ocupantes no valoraron a fondo la previsión meteorológica y no se siguieron las reglas de vuelo visual
El informe definitivo elaborado por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) ha concluido que «la causa» del siniestro de la avioneta Piper PA-34-200 Seneca del Aeroclub de Reus que, en el mes de noviembre de 2020, desapareció en aguas próximas al Delta del Ebro con dos personas a bordo «fue la falta de adherencia a las reglas de vuelo visual nocturno, cosa que provocó la desorientación espacial sufrida por el piloto y la eventual pérdida de control de la aeronave». El análisis de los hechos «ha revelado como importante factor de contribución al suceso», tal como añade el mismo documento, «la planificación de vuelo realizada, ya sea por omisión o por errónea valoración de las condiciones meteorológicas».
La avioneta, con matrícula EC-HCA, se precipitó al mar el 3 de noviembre, cuando completaba el trayecto de vuelta entre el Aeropuerto de Ibiza y el de Reus. Sus restos fueron localizados a 113 metros de profundidad, el 8 de noviembre. La Piper Seneca había ido a la isla por la mañana con cuatro tripulantes para pasar el día y emprendió el recorrido inverso ya por la tarde y con sólo dos de ellos –los otros dos ya habían previsto quedarse en Ibiza. Unos 40 minutos después de elevarse, sin embargo, el bimotor se desvaneció del sistema radar de control aéreo. En el Aeropuerto de Reus se observó que la aeronave no llegaba y se dio la alerta.
Los dos ocupantes de la avioneta murieron en el suceso. Eran Marc Francesch, gerente del Camping Trilles de Tarragona, vicepresidente de la Asociación de Campings de Tarragona y presidente de la agrupación local de JxC en Torredembarra; y un agente de los Mossos d'Esquadra. Ambos estaban facultados para el vuelo y, durante la mañana, ya habían guiado el de ida en Ibiza. La Piper Seneca, con los papeles al día, fue encontrada en posición invertida y con daños extensos por el impacto con el agua. Los trabajos de rescate se alargaron hasta el 24 de noviembre.
Las condiciones no se daban
La CIAIAC destaca como desencadenante del accidente la «falta de adherencia a las reglas de vuelo visual nocturno». Estas son normas que marcan, en general y entre otros, que «al piloto le tiene que ser siempre posible mantener las referencias visuales con el terreno» o que «en ningún caso se volará entre nubes». El informe, el cual ha consultado el Diari Més , añade que, durante la planificación del vuelo, habría sido preciso estudiar a fondo los pronósticos meteorológicos para la ruta, ya que «estos daban nubes en la latitud de vuelo de la aeronave», y que «las condiciones eran limitativas para el vuelo visual» igual que lo habían sido en el viaje Reus-Ibiza. Por eso, la investigación «considera que la falta de una valoración correcta o bien la omisión de esta fue determinante en la seguridad del vuelo» y que «los ocupantes tendrían que haber sido conscientes de las dificultades que la meteorología planteaba». La CIAIAC incide que «la información disponible antes del despegue desde Ibiza ya mostraba que las condiciones para el vuelo visual no se daban».
Con todo, «dos terceras partes del vuelo se desarrollaron (...) sin incidencias» y fue en el último tramo cuando el bimotor «ascendió» y «el rumbo varió», por lo cual «parece hacerse patente la presencia de nubes». «Unos seis minutos después, el rumbo alterna derecha e izquierda y definitivamente desciende hasta caer al mar», apunta el informe, que precisa que «las alteraciones observadas en los últimos minutos de vuelo se iniciaron en un intento de eludir la presencia de nubes y, a pesar de ascender, las condiciones de visibilidad no mejoraron y condujeron a que el piloto perdiera las referencias con respecto al espacio y el rumbo».
Los datos usados en la confección del informe «no permiten asegurar que la zona del accidente se viera afectada claramente por algún fenómeno meteorológico que pudiera haber contribuido al accidente», según determina la CIAIAC, que, con todo, señala una «reducción de la iluminación, porque ya se había producido el ocaso» al momento que la avioneta salió de Ibiza. El documento hace referencia a «la voluntad de volver a Reus el mismo día, en la cual pudo influir la confianza en disponer de la habilitación VFRN –que posibilita el vuelo visual nocturno–, que les permitía demorar la hora de volar a la vuelta».