El Ayuntamiento de Reus recaudó 2,2 millones más el año pasado que en el 2019

El Ayuntamiento de Reus recaudó a lo largo del ejercicio 2020, entre tributos y otros ingresos locales, un total de 73,3 millones de euros, según los datos facilitados por el mismo consistorio. Son 2,2 más que el año anterior, cuando la cifra se había quedado en 71,1 millones. El incremento coincide con la entrada en vigor de la subida de impuestos de un 9,7%, pero el gobierno afirma que existen más factores, y se ha reflejado en la liquidación a pesar de las condonaciones aplicadas para paliar la crisis de la covid-19. La concejala de Hacienda, Mariluz Caballero, destaca que «la recaudación se ha mantenido en un 90% –las arcas municipales han ingresado hasta el 90% de la base de salida y queda reclamado el 10% restante– gracias a la ampliación de los plazos para pagar y a la flexibilidad que dimos a la ciudadanía». Considera, también, que «la actualización de impuestos nos permitió ofrecer exenciones y replanificar el gasto corriente a causa de la pandemia» y subraya que igualmente fue útil para dar lugar al Plan de Reactivación Económica y Social: «Reus fue el primer ayuntamiento que sacó adelante uno», dice.

Caballero valora que «la presión fiscal en Reus es baja» y asegura que «no es cierto que alguien no pueda pagar los impuestos porque los hayamos subido», ya que «las familias con necesidades cuentan con bonificaciones y acciones sociales, hay un presupuesto para eso y una concejalía que se preocupa».

El IBI crece de los 32 a los 36 millones

Estos 73,3 millones de los que habla el Ayuntamiento se corresponden a la suma de todas las cantidades de las cuales ha facilitado información a este rotativo: la recaudación del IBI, el impuesto de vehículos, el IAE, la plusvalía, el ICIO, la basura domiciliaria y la comercial, las terrazas, licencias de obras y actividades, los vados, multas y recargos, jardines de infancia municipales, la cesión del IVA y el IRPF y un concepto final, «otros ingresos», con 5,1 millones. Si se tienen en cuenta tan sólo los impuestos –sin los últimos cuatro apartados–, la comparativa se haría entre 61 millones de euros en el 2020 y 57,5 recaudados en el 2019, y el aumento resultaría superior y subiría a los 3,5 millones. El IBI es el que más crece: comporta la entrada de 36,1 millones en el 2020, mientras que en el ejercicio 2019 había significado 32,2 millones.

La subida de impuestos, que se estrenó en el 2020, generó un importante rechazo en la sociedad y desembocó en iniciativas de recogida de firmas y protestas por parte del vecindario. La Federació d'Associacions de Veïns de Reus (FAVR) pidió, sin éxito, que se repartiera en varios ejercicios. La oposición también la recurrió, pero el gobierno optó por sacarla adelante en solitario. La concejala de Hacienda expresa que «lo que se hizo fue una puesta al día» después de 8 años sin tocar el IPC más un 2%, y que al mismo momento también se inauguraron medidas de progresividad fiscal. Caballero especifica que eso supuso «de media, teniendo en cuenta que los casos pueden ser diversos, entre 30 y 40 euros por persona». «El aumento de impuestos no ha hecho que la gente no pueda pagar», sostiene, y explica que este «se tuvo que aprobar porque lógicamente los contratos se actualizaban al ritmo del IPC, pero por ingresos no; había un decalaje de casi el 10% para mantener los mismos servicios y ya no digo para mejorarlos». «Si eso no se hubiera hecho, en algún momento se habría de cuestionar el gasto que se puede asumir», añade, y dice que «el Ayuntamiento recibe los impuestos y los distribuye de la forma más ajustada».

Sobre la incidencia de todo en el contexto de pandemia, la concejala de Hacienda explica que «gracias a los impuestos, y teniendo en cuenta que ha habido contratos que no se han ejecutado y que hemos replanificado, hemos ayudado a dar las exenciones fiscales y a hacer un Plan de Reactivación». «Hemos asistido a la ciudadanía para que pueda hacer el pago de una forma adaptada a sus necesidades, empatizando con situaciones concretas», precisa, y apunta que «si una familia tiene una renta muy baja, ya se asegura de que esté bonificada o exempta». Aunque no estuviera la covid-19, prosigue Caballero, «para mantener el equilibrio presupuestario de partida, los ingresos no pueden estar desfasados».

La flexibilidad con las terrazas

La liquidación de 2020 muestra los aplazamientos y las condonaciones activadas por el Ayuntamiento a raíz de la crisis de la covid-19, y también la reducción de la actividad. Así, la recaudación por las terrazas cae un 57% con respecto al año anterior –se queda en 63.706 euros enfrente de los 149.319 de 2019–, los ingresos por la recogida de la basura comercial también bajan un 5,27% –representan hasta 1.856.945 euros por los 1.960.213 de 2019– y lo que llega por licencias de obras es un 14,9% menos –1.015.884 euros por los 1.194.557 de 2019. La recaudación por multas, sanciones y recargos ha sido un 26,20% inferior y la que llega a través de los jardines de infancia, teniendo en cuenta el periodo de paro y condicionantes como los ERTE o el teletrabajo, cae un 62,30%. Los ingresos por todos los conceptos de que el Ayuntamiento aporta datos menos el IBI, la cesión del IVA, la basura domiciliaria y los vados, de hecho, bajaron en el 2020.