Vecinal
Una década después, vecinos de La Mineta de Reus temen la reindustrialización
La AAVV ha presentado un recurso contencioso administrativo y reclama que el Ayuntamiento cumpla con el Plan General de Urbanismo
Los vecinos del barrio de La Mineta denuncian que el Ayuntamiento de Reus aceptara dar una licencia para el uso industrial en terrenos destinados, según el Plan General de Urbanismo revisado en 1999, a construir casas en hilera, y ha presentado un recurso contencioso administrativo.
Con las modificaciones de 1999, «el barrio pasó de ser industrial a ser únicamente residencial», explicó Xavier Panisello, presidente de la Asociación de Vecinos (AAVV) de La Mineta. Los terrenos de la calle Cervantes y adyacentes, están destinados al uso residencial, y sólo se acepta la actividad industrial de formato reducido en caso de tener la vivienda. Panisello explicó que la asociación de vecinos ya llevó a cabo varias acciones y protestas años atrás para «intentar que la industria que quedaba en el barrio» se marchara después de la revisión de la ordenanza y reconoció que el Ayuntamiento «favoreció que las empresas se trasladaran a los diferentes polígonos».
La asociación de vecinos aseguró que el Ayuntamiento entregó el 4 de abril de 2019 un certificado de aprovechamiento urbanístico a petición de TAG Logistica Empresarial, donde se les informaba de la calificación urbanística de los terrenos de la calle Cervantes 35-37, que la nave allí edificada era disconforme con el uso industrial que se le quería dar. Este certificado concluía así que no era autoritzable una licencia industrial en aquel terreno, ya que sólo se admitía en la «modalidad de pequeño taller de planta baja vinculado a la vivienda».
Panisello explicó que «en octubre del mismo año, la empresa presentó un escrito al Ayuntamiento para hacer la apertura de la actividad de las oficinas centrales de mensajería GLS mediante el régimen de comunicación previa». Está en este punto donde los vecinos no entienden «cómo puede ser que a pesar de la consulta previa negativa, la empresa presentara la documentación». A partir de este momento se empezaron a hacer obras en la nave y se abrió la actividad.
Panisello explicó que la asociación se reunió en su momento con Carles Prats, concejal de Empresa y Empleo, y se les comunicó que, después de haber emitido el certificado, «se habían reunido con los propietarios de la empresa y el Ayuntamiento había decidido que se les podía dar la licencia para llevar a cabo su actividad», pero Panisello denunció que «en ningún momento se nos ha explicado los argumentos que les hizo cambiar de opinión». A raíz de esta situación, Panisello explicó que los vecinos empezaron a presentar alegaciones en todas las fases del expediente de licencia de actividades, y pidieron comparecer. Panisello lamentó que el Ayuntamiento rechazara las alegaciones de los vecinos y acabara concediendo la licencia a la empresa en el ocubre de 2020. Ante esta situación, el AAVV presentó una demanda al juzgado contencioso administrativo de Tarragona. Panisello explicó que están pendientes de una respuesta, pero que desde la asociación seguirán haciendo acciones para «hacer ver al Ayuntamiento que no puede ser que la industria que ya se marchó vuelva», ya que «no es compatible con el uso residencial que prevé la ordenanza» y por el cual asegura que muchas familias han ido a vivir en los últimos diez años.
Además, en abril de este año, se comunicó a los vecinos el cambio de titularidad de la licencia a favor de APSA Gobal Express S.L. A partir de este cambio de titular los vecinos aseguran que se hicieron más obras, ampliaron el vado y se ha abierto una franquicia de Nacex, con oficinas y zona de mercancías, con entrada y salida de furgonetas y camiones.
El presidente del AAVV quiso dejar claro que «los vecinos no tenemos nada en contra de estas empresas en particular» y explicó que «la empresa es una afectada más por la decisión del Ayuntamiento». En este sentido aseguró que Nacex se encuentra con complicaciones a la hora de desarrollar su trabajo de manera «normal», ya que «la calle es estrecha y compa con aparcamientos a las dos lados» lo cual dificulta la entrada y salida de camiones. Lamentó que la única respuesta recibimiento del consistorio haya sido de cara a «reducir las molestias concretas que la empresa pueda generar», pero Panisello aseguró que, más allá de eso, lo que temen los vecinos es la reindustrialización del barrio.