Evadirse y descubrir un pequeño continente tropical, ahora más cerca de Reus
Binter une la capital del Baix Camp con Gran Canaria con dos vuelos semanales, cosa que se ha convertido en la excusa perfecta para visitar una isla que ofrece todo aquello que uno imagina y más
Dunas de arena fina que se funden con la playa y el mar. Cumbres de roca volcánica que parecen esculpidas al aire por la fuerza de un dios primitivo. Pequeños pueblecitos donde respirar el encanto de la vida tranquila y la esencia de una isla donde se vive una eterna primavera. Bosques frondosos con especies endémicas donde las nubes se convierten en un mar. Y todo maridado con una gastronomía deliciosa y una gente de carácter amable y hospitalario que se convierten en el mejor descubrimiento del viaje. Estas y muchas otras razones son las que explican que se conozca en Gran Canaria como el continente en miniatura. Y es que la tercera isla mayor del archipiélago canario es un crisol de culturas y contrastes que se ha convertido en una de los destinos más buscados por los viajeros.
Desde el pasado 1 de julio, este paraíso tropical está más cerca de Reus. La aerolínea Binter ha estrenado una línea regular con dos vuelos semanal durante todo el año entre el aeropuerto de Reus y el de Las Palmas de Gran Canaria, que se ha convertido en la excusa perfecta para incluir la isla en nuestra lista de destinos a visitar en las próximas vacaciones.
Recorremos la isla de la mano de los guías turísticos Selene Álvarez y Marc Llorens para descubrir los imprescindibles en cualquier viaje a Gran Canaria así como algunas sorpresas que dejan boquiabierto.
Rumbo a la capital
Una buena manera de empezar el viaje es dirigirnos a la capital. Las Palmas de Gran Canaria une historia, cultura con entornos naturales singulares y todo en una gran urbe llena de oportunidades para el viajero. Testimonio vivo del pasado de la isla, Las Palmas de Gran Canaria permite entender cómo ha evolucionado este rincón de mundo desde la época de los colonizadores y hasta nuestros días. La esencia de la ciudad se puede descubrir paseando por los pintorescos barrios de Vegueta y Triana. El primero, lleno de callejuelas, se nutre del legado que se dejó en la ciudad después de su fundación. Algunos de los lugares que acoge son la Catedral de Santa Ana o la Casa de Colón.
Después de dejarnos cautivar por Vegueta ponemos rumbo norte hacia Triana. Las casas de colores evidencian las influencias del modernismo colonial y nos transportan hacia una época donde la capital jugaba un papel clave en el comercio marítimo mundial. Más allá de su amplia oferta gastronómica y comercial, Triana fue el primer hogar de Benito Pérez Galdós, y justamente la casa natal del escritor es ahora un museo que se puede visitar para profundizar más en su figura.
Si nos apetece respirar un poco de tranquilidad, el parque de Doramas será nuestro pequeño refugio. El pulmón verde de la ciudad está junto a otro de los puntos emblemáticos, el Hotel Santa Catalina, que acogió burgueses, viajeros de todas partes e incluso a Gregory Peck cuando visitó la isla para rodar Moby Dick.
No nos podemos marchar de Las Palmas de Gran Canaria sin visitar la archiconocida playa de Las Canteras, considerada la mejor playa urbana de Europa y una meca para los surfistas de todo el mundo. La ciudad, sin embargo, tiene una sorpresa escondida. Si seguimos por la costa desde Las Canteras en dirección norte, hacia La Isleta, nos encontraremos con el Confital, una zona con litoral más abrupto y de alto valor natural que se puede recorrer a través de un camino que nos llevará hasta el Mirador de la Cruz, donde podremos contemplar una impresionante panorámica de la ciudad y el Atlántico.
Hacia tierras cálidas
Las Palmas de Gran Canaria atrapa. Pero sólo es la punta del iceberg de todo aquello que ofrece este pequeño continente. Y es que para descubrir la auténtica esencia de la isla nos tocará alquilar un vehículo o coger un bus y tirarnos a la aventura. Una de las rutas que podemos hacer nos lleva hacia el sur de la isla. Epicentro turístico por excelencia gracias a la enorme oferta hotelera junto a playa, el sur de Gran Canaria combina el calor que se espera de las latitudes tropicales con un océano de aguas refrescantes donde bañarnos y practicar todo tipo de deportes acuáticos.
Ahora bien, si hay un lugar que no podemos perdernos en el extremo más meridional de la isla son las dunas de Maspalomas. Se trata de una extensión de 400 hectáreas a escasos metros del Atlántico, que nos hace sentir como si nos encontráramos justo en medio del Sáhara. Hay que tener en cuenta que para frenar su retroceso y evitar que desaparezcan a causa de la acción humana, desde el año pasado sólo se pueden visitar siguiendo los senderos indicados a lo largo del espacio. Una manera divertida de recorrerlas es hacerlo en subidos en un camello.
La verdadera joya de la isla
Ver con nuestros ojos aquellos lugares que llenan Instagram de fotografías inspiradoras es cada vez más el objetivo de mucha gente cuando hace turismo. Ahora bien, los verdaderos viajeros buscan cautivarse con estampas únicas que hablan por sí solas. El interior de Gran Canaria es justamente este tipo de lugares.
Carreteras sinuosas nos llevan hacia pueblecitos de postal como Teror, donde podemos ver la tradicional arquitectura canaria, en la cual se combina la piedra volcánica, las casas de colores vivos y los balcones de madera; Tejeda, incluido en la lista de los pueblos más bonitos de España, o Artenara, donde encontraremos el mirador de Unamuno. Desde de este mirador podemos contemplar Roque Bentayga —centro espiritiual para los aborígenes y una de las cumbres más emblemáticas de la isla, junto con Roque Nublo- y las formaciones montañosas que el escritor describió como «tormenta petrificada». Actualmente forman parte del conjunto de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, que está declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
A medida que nos adentramos en el corazón de la isla podemos ver fenómenos naturales espectaculares como el mar de nubes y bosques de pino canario que tiñen de verde valles y barrancos. Algunos de estos parajes se han convertido en el lugar ideal para el cultivo de la vid. La combinación de la altura, la latitud, el suelo volcánico y las variedades de vid previas a la filoxera dan un carácter único a los vinos producidos en la isla, que desde este verano se pueden descubrir siguiendo la Ruta del Vino de Gran Canaria ; una nueva experiencia sensorial que todavía hace mayor este pequeño continente.
Comodidad y servicios añadidos, las claves de viajar con Binter Confort, sostenibilidad y buen servicio son las características que mejor definen Binter. La nueva ruta entre Reus y Las Palmas de Gran Canaria está operada por los nuevos Embraer E192-E2, los reactores de pasillo único más silenciosos y eficientes de su clase. Esta configuración permite ofrecer más espacio a los pasajeros, cosa que se traduce en una mayor comodidad. A todo eso hay que sumar la atención al detalle de Binter, con un servicio a bordo de alta gama que incluye un catering de cortesía durante el trayecto, la posibilidad de facturar una maleta sin coste y así como de coger un vuelo de conexión a cualquiera de las otras islas del archipiélago sin coste añadido. Hasta el lunes, la compañía tiene una promoción especial para volar entre Reus y Las Palmas desde 74 euros durante los meses de septiembre y octubre. Más información en la web www.bintercanarias.com.