Agricultura
El cambio climático y un nuevo hongo ponen en situación crítica el sector de la avellana
El hongo, detectado en Italia y Turquía, este año ha entrado de lleno en los cultivos del Campo de Tarragona y hará disminuir la cosecha notablemente por segundo año
La producción de avellana de la campaña de este año y, por lo tanto, todo el sector que se dedica, se encuentra en una situación crítica por el nuevo hongo que está provocando cenicilla en buena parte de los árboles y que agrava el estado de una cosecha que ya se preveía baja a causa de la polinización irregular que ha provocado estragos en los cultivos por segundo año consecutivo.
Desde Unió de Pagesos se calcula que este año se recogerá entre un 40 y un 50% de una cosecha normal «y eso es lo que ya tuvimos el año pasado», explica Sergi Martín, miembro de la sectorial de la fruta seca del sindicato agrario.
«Se han sumado dos problemas. El año pasado no hubo casi avellana por culpa de la polinización. En los árboles les faltan horas de frío, hacen una floración muy irregular a causa del cambio climático. Cuanta más altura tienen los cultivos, menos afectación hay en este sentido. El problema de la cenicilla es general y ha afectado la zona del Morell, Constantí, a la Selva del Camp...», añade Martín. El nuevo hongo se detectó en países productores como Italia o Turquía y, ahora, ha entrado de lleno en el Campo de Tarragona. «Es un hongo que se pone en la hoja, se tiene que tratar, porque, en caso contrario, la pierde y eso perjudica la fotosíntesis y no puede hacer la floración correctamente. Nada más se ha empezado a investigar desde el IRTA y en la jornada técnica sobre la avellana se ofrecieron las primeras directrices por tractarlo», afirma Martín.
El sector de la avellana hace años que arrastra pérdidas. El año pasado la cosecha fue también baja y los precios, entre 1,6 o 2 euros la libra según la variedad, son los mismos que hace dos años. «Todo –el cambio climático y los problemas que provoca en la correcta polinización y este nuevo hongo – ponen el sector en una situación muy comprometida. Nos otorgaron créditos blandos suponiendo que llegarían años buenos, pero no ha sido así, los precios no evolucionan y hay campesinos que lo pasarán muy mal», sentencia el miembro de la sectorial de la fruta seca de Unió de Pagesos.
Cataluña concentra el 92% de la producción nacional de avellana y la superficie cultivada se circunscribe principalmente al Campo de Tarragona (92% de producción), aunque hay cultivos también en Gerona (7%). Se calcula que hay cuatrocientas familias que viven de la avellana. La situación es especialmente grave entre los últimos jóvenes que se han incorporado al sector –una cuarentena, aproximadamente–, los cuales están obligados a obtener su sueldo al cien por cien de la agricultura a partir del segundo año y durante cinco para poder mantener las ayudas y subvenciones en las cuales optaron.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) cifró en 4.300 toneladas la producción de avellana española de 2020, lo que suponía un «fuerte descenso» del 64,8% con respecto a 2019, después de una cosecha que calificó de «absolutamente ruinosa» a causa de la meteorología. El nuevo hongo hace augurar una cosecha peor y, según la ley de la oferta y la pide, el escassedat de producto tendría que provocar un aumento de precio, pero en el caso de la avellana, «los precios son asquerosos, porque todo el mundo se gana la vida menos el agricultor», dice Martín.
«Todo el mundo se llena la boca diciendo que quiere mantener el Campo de Tarragona, pero si no aumenta el precio y no dejan que nos ganamos la vida, se va todo al garete. En Italia y en Francia hay proyectos para plantar 5.000 y 20.000 hectáreas, respectivamente», concluye.
Por otra parte, desde Unió de Pagesos, se ha trabajado en la creación de un seguro de rendimientos que cubra las floraciones y, después de dos años luchando, nos han dicho que se ha desencallado», anuncia Martín.