Vecinal
Vecinos de la zona denuncian el incivismo recurrente en el parque Federico García Lorca de Reus
Aseguran que constantemente hay basura esparcida por el suelo a raíz de reuniones de pequeños grupos de personas que van a beber, fumar y comer
Los vecinos de la zona del parque Federico García Lorca, junto a la avenida de Marià Fortuny, denuncian el constante incivismo que «hace que el barrio se deteriore cada vez más», asegura Gema Rodríguez. José Luis Bonet, uno de los vecinos de los bloques de pisos con vistas al parque, asegura que el mal estado en el cual se encuentra «no es nada nueve», ya que «hace años ya puse quejas en el Ayuntamiento» y «finalmente lo arreglaron un poco», pero insiste en que «ya no es cuestión de limpieza, sino de personas incívicas». Rodríguez coincide en decir que «la gente ni siquiera se molesta a tirar las cosas dentro de las basuras», las cuales remarca que «a menudo están a rebosar». «Siempre que bajamos a pasear el perro vemos muy lleno de basura al suelo», aseguran en la misma línea a Álvaro Gómez y Meritxell Suárez.
La venta y el consumo de drogas en el parque se consiguió «erradicar hace años, pero ahora vuelven a formar parte del día a día», lamenta Rodríguez. Bonet asegura que «es habitual encontrarse restos de porros» y que «el olor llegue a los pisos de los alrededores». La mayoría de vecinos coinciden en el hecho de que no se suelen dar grandes botellones con muchas personas, pero es recurrente ver «grupos reducidos bebiendo, fumando o comiendo en los bancos», asegura a Bonet.
Otro de los grandes problemas que señalan algunos como Antònia Guasch, es la «dejadez de los propietarios de los perros, que no recogen los excrementos de sus animales.» «Yo tengo un perro y me da vergüenza ajena», asegura Bonet. Rodríguez señala que a menudo «sueltan los perros, no se preocupan por donde hacen sus necesidades y cuando se cansan, se marchan». Tanto Guasch como Rodríguez aseguran que evitan cruzar el parque cuando es oscuro. Con respecto a la inseguridad del barrio, Guasch asegura haber visto gente saltar la valla que delimita el espacio en obras ubicado en la calle de Vilallonga, delante del parque, «para robar los materiales que guardan». En esta línea, Rodríguez explica cómo hace años les quemaron el coche; y otro vecino de la calle del Roser asegura que «me amenazaron con una navaja para pedirles que lanzaran la basura en los contenedores y no la dejaran en las calles».
Guasch, quien hace muchos años que vive en el barrio, asegura que «el parque era precioso» y lamenta que la gente no cuide de la ciudad. En esta línea, Bonet también remarca la falta de mantenimiento del parque, el cual con los años se ha ido deteriorando y lamenta que «el Ayuntamiento ha ido haciendo cosas para tapar los desperfectos», pero asegura que son soluciones temporales. Algunos de los vecinos dudan de la utilidad de mejorar el parque tal como anunció el consistorio reusense si no va acompañado de otras medidas que ayuden a controlar el incivismo. Rodríguez considera que «si no se ponen cámaras, por ejemplo, no se evitará que esté hecho una porquería por mucho que lo arreglen». Por otra parte, Guasch cree que la mejor manera para evitar acciones incívicas sería «que todo el mundo que las presencie, reclame a la persona en cuestión que rectifique», pero «eso no pasará», lamenta. Sea cuál sea la mejor forma de evitar los comportamientos incívicos, Rodríguez asegura que «los vecinos estamos cansados, pero ya no sabemos que más podemos hacer».