Investigación
Detectan la presencia de nano vesículas en subproductos de la industria alimentaria
En la investigación ha participado el Hospital Universitario Instituto Pere Mata y el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) de Reus
Administrar fármacos a través de la cerveza, el vino o el yogur es una posibilidad más próxima después de que una investigación liderada por los grupos de investigación +Pec Proteomics de l'IRBLleida e IMDEA-Food Research Institute de Madrid haya descubierto la presencia de nano vesículas en subproductos de la industria alimentaria. El hallazgo, que se protegió por patente europea el noviembre pasado, «indica habilidades excelentes a la hora de mejorar la biodisponibilidad de fármacos con diana en el sistema nervioso central», cosa que tiene que permitir reducir la dosis de administración del fármaco, aumentando a la vez su efectividad, ha explicado el investigador Xavier Gallart-Palau. La investigación se ha publicado en la revista Advanced Functional Materials.
Un hallazgo liderado por el grupo de investigación del Instituto de Investigación Biomédica de Lleida (IRBLleida), +Pec Proteomics, dirigido por Xavier Gallart-Palau conjuntamente con el equipo de investigación IMDEA-Food Research Institute de Madrid, encabezado por Aida Serra, donde también han participado el grupo de Oncología ginecológica y peritoneal del Instituto de Investigación del Hospital de La Santa Creu y Sant Pau, el Departamento de Medicina Experimental de la Universitat de Lleida, el Hospital Universitario Instituto Pere Mata de Reus, el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) de Reus y el Centro de investigación Biomédica en Red en Salud Mental CIBERSAM del Instituto de Salud Carlos III de Madrid.
Los alimentos contienen vesículas extracelulares, unas partículas secretadas por todos los tipos de células, que las utilizan para comunicarse con otras células del organismo. Estas vesículas están presentes de forma natural y se ingieren diariamente a través del consumo de alimentos como la leche y los productos lácteos, las plantas comestibles y derivados y los alimentos fermentados. Por este motivo, el equipo investigador ha analizado la levadura de cerveza (proporcionada por la fábrica de cerveza Mahou San Miguel), suero de leche de un yogur natural, un cultivo de bacterias y salvo una bebida fermentada de té y vino fermentado (proporcionado por la bodega Castell del Remei).
La investigación ha demostrado que estas vesículas, bautizadas como BP-EVs por sus siglas en inglés, presentan un alto potencial para ser utilizadas como nano vectores para la administración de fármacos. El hallazgo, que se protegió por patente europea el noviembre pasado, «indica habilidades excelentes a la hora de mejorar la biodisponibilidad de fármacos con diana en el sistema nervioso central», cosa que tiene que permitir reducir la dosis de administración del fármaco, aumentando a la vez su efectividad, ha explicado al investigador Xavier Gallart-Palau.
«Esta reducción de la dosis del fármaco y su circulación en fluidos biológicos a través de su encapsulación, se prevé que reducirá drásticamente los efectos secundarios asociados a la administración de estos fármacos» ha afirmado la investigadora Aida Serra. Asimismo, estas vesículas tendrían que permitir convertir en tratamiento oral fármacos que actualmente no permiten esta vía de administración. Los investigadores han optimizado la obtención de estas vesículas teniendo en cuenta su potencial escalabilidad industrial y han descrito las bases para múltiples aplicaciones en los campos de la biotecnología y la biomedicina.
Estas vesículas provienen del reciclaje de residuos de la industria alimentaria, hecho que mejora su disponibilidad, reduciendo drásticamente el coste de obtenerlas y contribuyendo al progreso de la economía circular. Al mismo tiempo, han demostrado nula toxicidad para su uso. A causa de estas citadas características, el hallazgo representa la mejor fuente actual de vesículas extracelulares para ser utilizadas como nano vectores para la administración de moléculas.
Esta investigación ha recibido financiación de la Consejería de Investigación y Educación de la Comunidad de Madrid, el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Subdirección de Investigación e Innovación Tecnológica de la Comunidad de Madrid, el Instituto de Salud Carlos III, el Programa Talento 2018 de la Comunidad de Madrid y del Fondo Social Europeo para la contratación de investigadores predoctorales