«El Ayuntamiento de Reus tendría que controlar más el mantenimiento de los edificios»

A partir del hundimiento de la casa de la calle del Vidre el pasado lunes, los vecinos y los negocios de los alrededores se muestran preocupados por las consecuencias de este y atemorizados por otros posibles derribos, ya que el casco antiguo de Reus cuenta con varios edificios no utilizados.

Fuentes del Ayuntamiento aseguran que el hundimiento del edificio fue a causa de la falta de mantenimiento de este, que es la unión de dos parcelas construidas entre 1895 y 1900 y, por lo tanto, tendrían que haber pasado la Inspección Técnica de Edificios (ITE), pero el Ayuntamiento no lo ha podido verificar.

Nèstor, trabajador de la consulta adyacente al edificio hundido, ha explicado al Diari Més que, aunque la consulta no ha sufrido ningún daño, «creo que el Ayuntamiento tendría que tener más controlados estos tipos de edificios para que eso no pueda volver a pasar, porque da miedo». Ahora bien, aunque el Ayuntamiento no tiene competencia para asegurarse de que los edificios pasan la ITE, ya que que se trata de una gestión de la Generalitat, el Ayuntamiento cuenta con la Disciplina Urbanística, mediante la cual tiene la facultad de imponer medidas de prevención en aquellos edificios que se les detecta algún elemento que puede afectar a su estabilidad. En el caso de la construcción de la calle del Vidre no se tenía constancia de ningún peligro en la estructura.

Por otro lado, el corte de la calle que ha llevado a cabo la Guardia Urbana de Reus también ocasiona quejas en los vecinos y los negocios de la zona, ya que actualmente están cortadas la calle del Vidrey la calle de Donotea, dos accesos a la plaza Mercadal que hacen que los peatones tengan que dar la vuelta. Uno de los negocios afectados por el corte es la Galería Pinyol. Dolors, propietaria de esta, explicaba que ayer no pudieron abrir porque «cuando la gente entra en la calle y ve una valla, no la salta y, por lo tanto, no entra en la galería».

Dolors también aseguró que tienen previsto hacer alguna acción para reclamar que le abran su parte de la calle, porel hecho de que la galería queda en un edificio de distancia de la casa hundida. «Por suerte, el lunes no salió nadie herido y nuestro negocio no ha sufrido ninguna grieta ni ningún problema», sin embargo, añadía a Dolors, «en esta calle nos sentimos abandonados por el Ayuntamiento, lacortan demasiado a menudo por la proximidad con la plaza Mercadal y no dejan pasar coches, hecho que nos entorpece el trabajo cuando hacemos exposiciones, por ejemplo».

En la misma calle también se encuentra uno de los accesos de un estanco, que queda justo al lado de la valla. Desde el hundimiento del lunes tienen el acceso cerrado «por prevención y porque ahora no pasa casi nadie por allí». Sara, vendedora del estanco, explicaba que, a pesar de ser una pequeña puerta, mucha gente entraba por allí y el cierre de la calle les aporta inconvenientes para el negocio. Sara aseguraba que «no nos sentimos muy cómodos» y añadía que «esta mañana se oían ruidos y ahora a la mínima nos asustamos».

El Ayuntamiento ha abierto un expediente para que los propietarios actúen y estabilicen su estado, también para que saquen los escombros. A la vez, los propietarios tendrán que llevar a cabo un estudio para valorar si se tendría que tirar la construcción a tierra o sólo arreglar algunos elementos.