«Hay que perder el miedo a la ciencia, es la herramienta más potente para entender el mundo»

—A menudo miramos la ciencia como una cosa inalcanzable. ¿Por qué nos da tanto miedo? —La tendencia de los seres vivos es el ahorro energético. Un león puede estar quince horas durmiendo, porque cazar cuesta mucho, y hasta al cabo de dos o tres días que tiene que volver, se dedica a ahorrar energía. Los humanos hacemos lo mismo: si pudiéramos escoger, no iríamos a trabajar cada día. Hacemos deporte porque somos capaces de superar la barrera de levantarnos del sofá, y porque tiene una gratificación enforma de endorfinas. Pues con la ciencia pasa lomismo: hay una barrera intelectual, porque no es una actividad fácil, pero tampoco es imposible. Pero tendemos al ahorro de energía mental, es más fácil no hacer el esfuerzo. Pero yo animo a todo el mundo a superar esta barrera, porque la ciencia es la herramienta más potente que tenemos los humanos para entender el mundo.

—Bien explicados, ¿se pueden entender todos los conceptos científicos?

—Todos, todos, no, pero casi todos. Hay aspectos de la ciencia, los más punteros, que son patrimonio de unos pocos privilegiados. Y a veces ni ellos mismos lo entienden al 100%, porque son conceptos contraintuitivos. Nuestro cerebro ha evolucionado durante millones de años para tener unas determinadas percepciones. Por ejemplo, las medidas. El metro es una medida que lo entendemos muy bien. Medimos 1,80 m. Los 100 m, también los entendemos, los 1.000 m, los 10.000 m... pero si te vas a centenares de miles de kilómetros, a distancias astronómicas y años luz, ya no lo podemos entender. Y con el tiempo nos pasa una cosa similar: si tenemos que pensar en millones de años, ya nos hemos perdido. Pero todo eso sería la punta de la punta del iceberg. La mayor parte de la ciencia es accesible a todo el mundo. Siempre que haya motivación, claro.

—¿Cómo es sudía a día? Lo imagino pensando preguntas todo el rato y, sobre todo, buscando la manera de responderlas.

—Yo siempre hago referencia a un término que denomino estat mental. Mis intervenciones al Tot es mousuelen estar asociadas a la actualidad. El lunes, por ejemplo, como ha hecho tanto calor, expliqué de qué manera los humanos luchamos fisiológicamente contra el calor. Pero inventar experimentos que me sirvan para explicar lo que quiero decir no se puede hacer del día a la mañana, tiene que haber un estado mental. Sólo cuando estás mucho rato pensando en alguna cosa, acabas teniendo ideas sobre aquello. Pienso que la inspiración es fruto de la obsesión, pero de una obsesión bien conducida.

—Su trabajo tiene una clara voluntad divulgativa, ¿pero también busca despertar vocaciones?

— Sí, me parece muy interesante que tu trabajo, tu cerebro, pueda inspirar otros cerebros, crear una especie de pensamiento colectivo a fin de que los unos con los otros podamos extraer lomejor de nosotros mismos.

—¿Cómo será la presentación en Reus?

—En el libro transformé la sección de TV3 en 50 capítulos. Cuando preparo los programas, lo hago pensando en el formato audiovisual. En el libro no puedes decir Mireu això, aunque me ayudo de muchas gráficas. En Reus volveré a hacer el camino inverso, pasando del lenguaje de la lectura al visual. Enlas presentaciones hago lo mismo que en la tele: experimentos. Por ejemplo, muestro los límites de la cuarta dimensión, explico por qué la alta tecnología tiene ruedas y los animales no... En definitiva, un show científico.