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La última fiesta de la Puríssima Sang del clavario Josep Ramon Piñol

Reus se vuelca con la primera conmemoración de la pasión y la muerte de Cristo después de la covid

El clavari Josep Ramon Piñol va presenciar l'actuació de la Banda Sant Lluís Gonzaga

La última fiesta de la Puríssima Sang del clavario Josep Ramon PiñolCEDIDA

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Expectación por el pasacalle de la Banda Sant Lluís Gonzaga de la CongregacióMariana. Una iglesia llena de feligreses esperando la Santa Missa, incluidos el alcalde, Carles Pellicer, y la delegada de la Generalitat en Tarragona, Teresa Pallarès. Por primera vez desde mediados del siglo XX, la Reial Congregació de la Puríssima Sang de Nostre Senyor Jesucrist de Reus pudo celebrar una fiesta como dios manda, a pesar de ser la última del clavario Josep Ramon Piñol.

«Realmente, ha sido una fiesta sentida», valora Piñol, que a mediados de julio dejará de estar al frente de la Congregació. Desde la inauguración de la exposición fotográfica Als peus del Sant Crist de La Sang en reconocimiento del fotógrafo Joan Ferran, que actuó como pistoletazo de salida de las festividades el pasado 30 de junio, hasta el vermú de este domingo, el eclesiástico se sintió cautivado por la participación de la sociedad reusense en todos los actos organizados.

«Era una fiesta que la gente no conocía. Este año, ha sido muy positivo. Ha sido más importante y mucho más popular que las otras ediciones,» asegura.

Hace tres años, la Congregació, bajo el período de clavario de Francesc Pardo, decidió recuperar una tradición que había entrado en desuso desde la segunda mitad de la década de 1950, hasta el punto de desaparecer del calendario litúrgico.

«Yo sé que ha habido grupos dentro de la iglesia cristiano católica que no sabían que existía la fiesta», lamenta Piñol. No obstante, el retorno de la conmemoración de la pasión y la muerte de Jesucristo no se pudo celebrar con completa libertad: la covid-19 limitó los actos a una única misa en la edición de 2021. «No se pudieron hacer cosas para que la gente supiera qué hacíamos. Era una fiesta más bien eclesiástica, de cara a la misa, y aquí se acabó», declara. Aquella fue la primera Festa de la Sangde Piñol al frente del clavariat.

«Es un poco la continuación de la Fiesta Mayor de Sant Pere de Reus. Es una fiesta importante. Lo que pasa es que no se le daba la resonancia que realmente tiene hasta que la volvimos a recuperar», analiza el clavario, que califica la celebración de la Sang como la fiesta por antonomasia de la liturgia cristiano católica después de la Semana Santa.

«Lo que se tendría que hacer es continuar como ahora, dándole la importancia que tiene, haciendo actos y otras exposiciones», valora Piñol. Lo que es prioritario, sin embargo, es que no decaiga, «que no vuelva a pasar lo que pasó».

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