El restaurante Terrassa Gaudí de Reus abre con un pleno absoluto a la hora de comer
El comedor del remodelado local del Gaudí Centre se llena con 55 comensales en su inauguración al mediodía
El gran día llegó. Un mes después de lo que Víctor Rubio, el administrador de la empresa Perimar 2004 SLU, preveía, el restaurante Terrassa Gaudí abrió las puertas este martes con un resultado inmejorable: 55 comensales, es decir, todo el comedor estaba lleno. Eso sí, sólo seis se atrevieron a disfrutar de la terraza propiamente dicha, a causa del calor. «Las sensaciones son muy buenas. Estamos muy satisfechos con la clientela, con el equipo de cocina, con todos», valora Rubio después de la inauguración. También espera que el éxito del estreno no sea puntual y augura un futuro a corto plazo con un continuo tráfico de personas. «Creemos que tendremos bastante afluencia. Porel volumen de reservas, yo diría que sí que estará lleno», prevé sobre el resto de días de la semana.
Sea para hacer el vermut, para comer o para beber algo, unas ochentapersonas entraron en el restaurante desde su apertura, a las 12 del mediodía, hasta la hora de la merienda, cuando todavía había «personas que han comido aquí que todavía están tomando una copa», según revela Rubio.
Precisamente, esta libertad para visitar el recinto en cualquier momento del día –no cierra las puertas hasta la medianoche– es uno de los factores que el administrador remarca como uno de los puntos fuertes de la Terrassa. «Tendría que ser un restaurante con un punto extra de ambiente, más bien como un punto de encuentro. No es sólo un restaurante», asegura Rubio. «Aquí hay cabida para todo el mundo», concluye.
Productos de proximidad
Ya había avisado Rubio de que los productos de proximidad y los alimentos típicos de la zona serían una de las señas de identidad de la Terrassa Gaudí. Y el primer día, así fue. La costilla de cerdo ibérico, uno de los platos estrella, estaba glaseada con vermut de Reus, además de ir acompañada de patatas trufadas.
Por otra parte, la avellana hacía acto de presencia en los postres, de la mano de los lingotes de chocolate. En el día de la inauguración, se apostó por sólo ofrecer un menú por 20 euros, con bebida y café incluidos. Había dos recetas, sin embargo, que destacaron por encima del resto: el huevo a baja temperatura con tártaro de atún Balfegó y la costilla de cerdo ibérico glaseada con vermut.
La carta entró en juego a partir de la noche del martes, en laque se esperaba un restaurante «medio lleno». Precisamente, Rubio augura que las cenas serán el momento de máxima afluencia de comensales enla Terrassa una vez acabe el verano. El administrador pide, sin embargo, calma y cautela. «Iremos paso a paso. Es un año extraño por muchos motivos y lo iremos viendo sobre la marcha, pero tenemos buenas expectativas», observa.
Margen de mejora
Rubio considera que, en el estreno del restaurante, el equipo no se sintió desbordado en ningún momento y que todo fue «prácticamente perfecto». No obstante, asegura que este primer servicio les permitió detectar «cosas en el ámbito logístico interno, de servicio» que irán mejorando durante los próximos días.
Uno de los principales objetivos de Perimar a la hora de remodelar el restaurante del Gaudí Centre era convertir el interior del local en un espacio luminoso, más iluminado y diáfano; un espacio pensado «para poder tomar un vermut a cualquier hora del día», asegura Rubio. «Por eso abrimos a las 12 del mediodía, porque es la hora que consideramos más idónea para el vermut», concluye.