Sociedad
La pescadería Just de Reus cierra por jubilación 86 años y tres generaciones después
El negocio, fundado en el año 1936, siempre ha sido regentado por mujeres y la descendencia no tomará su relevo
La pescadería, Just fundada en el año 1936, bajará persianas para siempre este fin de semana. El negocio, situado en la calle del Vent número 1, ha estado siempre regentado por mujeres y, ahora, Maria Teresa Adell, que trabaja desde los 17 años, se jubila. Esta vez, sin embargo, la descendencia no tomará el relevo de la tienda y los clientes tendrán que buscar otras opciones de entre las pocas que quedan en la ciudad. Hace 86 años, la abuela de Jordi Martí Just, marido de Maria Teresa Adell, abrió una pescadería en el ravalMartí Folguera que bautizó con su apellido, Just. Con el paso del tiempo, la madre de Martí tomó el relevo del negocio. En 1970, cuando Maria Teresa Adell era una adolescente, se puso a trabajar en la pescadería de la familia de quien acabó siendo su marido y, con los años, también se convirtió en la propietaria. La historia de la pescadería Just es bien feminina, ya que se trata de un negocio creado y regentado siempre por mujeres.
Martí se ha dedicado siempre a la gestión de las cuentas del negocio y ha ayudado en lo que ha hecho falta, pero no ha regentado nunca la tienda. Adell, a pesar de no llevar el apellido al DNI, se lo ha hecho suyo y, según Martí, «ha dejado el apellido de Just bien alto». De hecho, es por esta razón que no quieren traspasar o vender el negocio a nadie y encuentran que cualquier oferta es escasa, «no queremos que nadie haga perder reputación a nuestro nombre». Además, la descendencia de la pareja se ha dedicado a otras profesiones y, ahora, no tomarán el relevo del negocio.
Ahora hace 17 años, en el 2005, la familia vio que el local donde estaba la pescadería era demasiado pequeño para toda la clientela que tenían. Por este motivo tomaron la decisión de mudarse a uno más grande, en la calle del Vent. Desde que se trasladaron al nuevo local,«la pescadería vivió un salto muy importante, pasamos a ser una tienda grande y empezó a venir clientela muy selecta, que se ha quedado», explica Martí.
El negocio no ha parado nunca de modernizarse. Antes de que llegara la pandemia, ya contaban con un servicio a domicilio, que llevaba a cabo Martí. Después, con el coronavirus, se amplió. «Ahora tenemos clientes de toda la provincia de Tarragona: gente de Montblanc, de la Riba, de Cornudella, de Alcover y de muchos otros lugares. Y, a veces, vienen a buscar el pescado y, a otros, se lo llevamos», detalla Martí.
A sus 69 años, Maria Teresa Adell ha tomado la decisión de jubilarse. Desde el pasado lunes, Adell ha llevado a cabo las llamadas pertinentes a todos los clientes más fieles y la respuesta ha sido «brutal». «La clientela lo lamenta mucho y ha sido una semana de abrazos, besos y llantos con todo el mundo», asegura Martí. De hecho, muchos han optado por hacer pedidos grandes de pescado, para aprovechar antes de que cierre. Martí explica que «a Maria Teresa le sabe mal, pero saldrá adelante. Yo la he presionado un poco, porque ella no se quería jubilar, sin embargo, tiene que vivir un poco la vida y viajar».
El pescado que tenían en la Just venía de compradores de muchas lonjas: de Sant Carles de la Ràpita, de l'Ametllao de Cambrils, entre otros. También tenían productos de Mercabarna y otros que provenían de la Costa Brava. De hecho, con su jubilación, en la ciudad quedarán pocos locales dedicados al pescado, ya que, con los años, es un negocio que está en peligro de extinción.
Durante los 86 años de vida, las tres generaciones que han regentado el negocio han vivido momentos de todo, de mucha pobreza en tiempos más duros y otros de más álgidos, como el periodo de la pandemia, en el que la pescadería llegó a hacer unas cifras económicas nunca alcanzadas. La gente, que sólo salía de casa para ir a comprar, les hacía los pedidos por teléfono y «eran de dimensiones importantes», asegura Martí. Con todo, mañana cierra las puertas uno de los negocios más antiguos de la ciudad.