Los alumnos de la escuela General Prim piden una zona verde en la entrada

«Nuestra propuesta final para la entrada y la salida de la escuela es crear una zona verde con bancos, jardineras con flores y árboles. También poner una fuente de agua y un porche para cuando llueve. Hemos hecho votaciones y la mayoría hemos votado esta propuesta, porque creemos que es la más necesaria para poder tener una entrada bonita». Esta es la idea de que surgió entre los alumnos de 5.º de primaria de la escuela General Prim de Reus a partir de su participación en el proyecto del Consell d'Infants titulado Entorns escolars en una ciutat jugable.

Por otro lado, los alumnos de la Salle quieren un rocódromo, mesas de picnic y bancos «para merendar con nuestros familiares y amigos». De hecho, la colocación de bancos en torno a los centros educativos es una idea compartida por muchos de los 1.055 alumnos que participaron, como el Prat de la Riba, Teresa Miquel Pàmies o Isabel Besora. También, otro concepto que se repite en el informe que publicó ayer el Ayuntamiento es la seguridad: «Nos gustaría que para garantizar la seguridad de todo el mundo, las aceras fueran más anchas y que hubiera bancos con el fin de poder esperarnos sentados», piden los niños de la escuela Maria Rosa Molas. También los alumnos de la escuela Els Ganxets piden un muro de vegetación «que separe la acera de la carretera para hacer la zona de la entrada y la salida más segura». Finalmente, las conclusiones también muestran la preocupación de los más pequeños por el medio ambiente. Los niños del Liceo Francés proponen que se pongan «plantas que podríamos cuidar y regar nosotros mismos, ya que las plantas son muy importantes para limpiar el aire cogiendo el CO2 (dióxido de carbono) y expulsan el oxígeno».

El objetivo del Consell d'Infants de este año, que ha sido gestionado por el colectivo de arquitectos Arjub Studio, es poder detectar cuáles son las necesidades de cada centro. El programa se ha articulado en diferentes etapas: una presentación del proyecto, una distribución de un qüestionari, un taller presencial, un primer proceso participativo autónomo, dos sesiones de trabajo con los consejeros –los representantes de las clases para comunicar las propuestas al gobierno– y una audiencia pública en el salón de plenos del Ayuntamiento.

Dado que en los últimos años la participación ciudadana se ha convertido en una práctica que el consistorio ha utilizado para establecer planes de actuación, la concejalía de Educación consideró oportuno incluir a los niños. En el primer paso para llevar a cabo este proceso se elaboraron una serie de preguntas para los profesores para poder diferenciar las casuísticas de cada centro. Aquí, por ejemplo, se pudo observar cómo los alumnos de las escuelas situadas más en el sur de la ciudad acostumbran a ser llevado en coche, mientras los que van a las del centro de la ciudad, van caminando. En la reflexión se vio como algunos centros tienen espacios que permiten imaginar las calles como espacios públicos multimodales en lugar de pasillos de movimiento, con oportunidad de implementar medidas para aumentar la seguridad.

Los talleres en el aula se dividieron en tres partes: la bienvenida, la reflexión y la conclusión, pero siempre enfocados como una experiencia educativa con material y recursos para que los niños pudieran expresar sus opiniones. Después, con todo el conocimiento adquirido sobre los alrededores de su escuela, los niños, de manera autónoma, desarrollaron el proceso participativo donde se recogieron opiniones. Una vez escogidos los 54 consejeros se hicieron dos reuniones por concretar las propuestas definitivas para mejorar el entorno de sus escuelas que, a posteriori, presentaron en la audiencia pública del día 8 de junio a todos los representantes municipales. Según Arjub Studio, las audiencias públicas facilitan el trabajo en grupo de todos los implicados y mejora las relaciones entre la ciudadanía, los políticos y los técnicos municipales.