Coblas, cornetas y tambores hacen salir el sol y despiertan a Reus de la letargia dominical

Cuando los reusenses se despertaron ayer, se encontraron con un día gris, oscuro. La lluvia parecía que quería pasarse a saludar. Las calles estaban vacías. Nada hacía pensar que tan sólo faltaban siete días para la gran festividad de Misericordia. Pero, poco a poco, cautivados por una melodía, los ciudadanos fueron saliendo de casa. Primero fueron las coblas Juvenil de Sabadell y Reus Jove las que hicieron desaparecer el amodorramiento aportando la banda sonora al 56.º Aplec Baix Camp. La plaça del Santuari se llenó de mayores y pequeños que, enlazados los unos con los otros, punteaban el suelo bailando sardanas. El casco antiguo continuaba, sin embargo, huérfano de vitalidad. Eso fue hasta que las cinco bandas de cornetas y tambores de la ciudad despertaron incluso a los del sueño más ligero. Cuando a las 11.30 horas enfilaron la calle Llovera, una multitud de curiosos salió a los balcones. Sólo llegar a la plaça Prim, Sones de Pasión fascinó a los oyentes conVois sur esquila chemin, sonata popularizada por la película Los chicos del coro. Dos centenares de manos aplaudían al unísono cuando acabó el recital. Reus había despertado. La fiesta ya estaba aquí.

En la plaça del Mercadalreinaba la algazara, pero cuando las cinco bandas pusieron pie, el silencio se hizo unánime. Tocaba degustar todas y cada una de las melodías. Entre los espectadores, se encontraba Hernán Torres. Argentino de nacimiento, hace dos meses y medio que vive en la capital del Baix Camp. «Valoramos que la comunidad se una, celebre alguna cosa en común y, sobre todo, que se mantengan las tradiciones. En nuestro país, eso se está perdiendo», declaraba. Lo acompañaban su mujer y sus dos hijos pequeños. «Los traemos para que conozcan las fiestas y para integrarnos un poco en Cataluña y en Reus. Como inmigrantes, considero que nuestro primer deber es integrarnos en la comunidad y aportar todo lo que podamos», aseguraba. El sol acababa de salir del escondite para escuchar la música.

Pacientemente, el Basiliscesperaba su turno en el parque de Sant Jordi. Allí había organizado la fiesta de su decimoquinto aniversario, alcual había invitado hasta a una decena de bestias de pluma de todo el territorio. A las 17.30 h., llegó su momento. Era hora de ponerse firmes y desfilar hacia la plaça Prim. Un baile de lucimiento y una coreografía conjunta de los elementos sirvió como acto de agradecimiento hacia todos los presentes que se habían reunido para celebrar la fecha. No obstante, todavía faltaba un último pasacalle muy especial: la Trobada d'Elements Fets Per Tu. Los más pequeños habían tenido la posibilidad de diseñar y crear sus propios elementos del seguiciy, ayer, fue el momento lucirlos por el centro de la ciudad. La plaça del Mercadalacogió el concierto de habaneras que puso punto final a un domingo donde acabó brillando el sol, animado por el ritmo de coblas, cornetas y tambores.