«La moneda local permite retener el 90% del dinero público en la ciudad»

«La moneda local ha permitido retener en la ciudad el 90% del dinero que sale del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet». Esta es la meta a la que ha llegado el consistorio del municipio barcelonés, cuatro años después de que se instaurara la Gramamoneda como sistema de pago local, una propuesta que la concejalía de Empresa y Ocupación del Ayuntamiento de Reus está estudiando para implantar en la ciudad.

Hoy por hoy, la idea se está valorando, después de que el Observatorio de la Moneda Complementaria haya hecho un anteproyecto. De momento, sólo se ha establecido la definición de la posible moneda reusense y las entidades comerciales de la ciudad, como el Tomb de Reus y la Cambra de Comerç, están a la expectativa, ya que tienen algunas dudas sobre cómo se implantará en Reus. En Santa Coloma de Gramenet lo tienen claro, y definen la respuesta de los gramenencs «de éxito rotundo». El Ayuntamiento gramenenc estuvo tres años estudiando internamente la implantación de la Gramamoneda, después de nacer a partir de un programa europeo. Este sería el punto donde se encuentra la moneda de la capital del Baix Camp, despertando ciertas dudas entre la sociedad y el comercio de la ciudad.

El Tomb de Reus, por ejemplo, cree que «es complicado, pero somos gente abierta a las innovaciones. Cuando hubo el primer pago con tarjeta también costó, pero nos fuimos acostumbrando», explica Jacint Pallejà, presidente de la entidad. Su preocupación se basa en el hecho que la moneda «no deje de atraer a la población vecina».

Por parte de la Cambra, Pau Salvadó, Coordinador de la Comisión de Comercio, también cree que «hay algunas incógnitas, porque hay que ver qué acogida tiene la moneda y cómo se implanta», pero celebran la iniciativa para impulsar el comercio local. Con todo, Salvadó asegura que «tenemos que apostar por su creación atendiendo el objetivo que persigue de revertir directamente sobre el comercio de proximidad».

Si el Ayuntamiento de Reus sigue el ejemplo de Santa Coloma de Gramenet, se podrían alcanzar algunos de los objetivos que se han establecido, como la fidelización de la clientela en las empresas de la ciudad. Es lo que ha pasado en el municipio barcelonés, donde «se ha hecho un ejercicio más social que económico: fue a partir de la difusión y la pedagogía que la población entendió que si utilizaba las gramamonedes, el dinero se quedaría en la ciudad y volveríaa sus manos», explica Lluís Muns, coordinador de la oficina técnica de la Gramamoneda en Santa Coloma.

El primer pago con la moneda local en Santa Coloma fue el 28 de diciembre del 2016. En aquel momento, los estudios mostraban que sólo se quedaban en la ciudad 2,9 euros de cada 10 que salían del Ayuntamiento. A partir de aquel momento, una parte de las subvenciones en las asociaciones, entidades, empresas y beneficiarios particulares se transmite con la moneda local.

Hasta el momento, más de 460 empresas gramenenques de todos los sectores aceptan el pago con grames. Así, la implantación de la moneda comportó que, sólo en un año, de cada 10 euros, se quedaban 9,5 en la ciudad. También es cierto que, como explica Muns, «esta cifra ha bajado en los últimos meses, dado el contexto de crisis, pero se mantiene en un 90%».

Muns entiende las dudas que tienen las entidades comerciales reusenses, porque «al principio choca un poco, pero después verán que si hacen circular la moneda, consiguen que acabe volviendo a la tienda. Además, los que acumulan una cierta cantidad, dedican una parte a hacer compras particulares». El sistema gramenenc también permite que, quien lo desee, pueda convertir las grames en euros, sin embargo «generalmente la gente no tiene necesidad de intercambiar», asegura Muns.

Jaume Nadal, gerente de la tienda de Santa Coloma, Mac Mobles Núria, donde se permite pagar hasta 1.000 euros con grames, es un usuario satisfecho con la implantación de la moneda: «Creo que tengo clientes que vienen a comprar porque tienen gramamonedes y prefieren venir a mi tienda y gastarlas, que a otros lugares».

Por su parte, Nadal dice que acumula muchas monedas locales, pero no reside en la ciudad y le es complicado gastarlas. Sus proveedores están fuera, así que «me obligo a hacer las compras de casa, como ir a la charcutería o al mercado de Santa Coloma, para poder gastar las monedas. Sólo he cambiado una vez grames por euros», detalla Nadal.

El punto negativo que encuentra Nadalen el sistema es que «la gente de pie de calle no acostumbra a tener las monedas y considero que eso se tendría que mirar. Quizás si obtuvieran algún beneficio, más vecinos del municipio convertirían su dinero en grames y todavía se incentivaría más el comercio de proximidad, porque actualmente es más utilizado entre funcionarios y empresarios».