Diari Més

La Ganxet Pintxo de Reus «no pasa de moda» ni con la oscuridad del otoño

El trabajo en las cocinas se multiplica para complacer a los centenares de clientes que quieren probar las tapas

Les terrasses del centre estaven plenes de gent que volia degustar els plats especials que havien preparat els restauradors.

La Ganxet Pintxo de Reus «no pasa de moda» ni con la oscuridad del otoñoOlívia Molet

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Encontrar mesa en una terraza ayer por la noche en el centro de Reus era prácticamente misión imposible. Grupos de amigos, trabajadores que habían acabado el turno, parejas que querían dar un vuelco... Dos denominadores comunes se repetían por todas partes donde se mirara: la cerveza y el pintxo. La vigésima edición de la Ganxet Pintxo está llegando a su recta final y, una vez más, ha provocado que el trabajo no pare en las cocinas y los obradores. «Madre mía, no paramos», valoraba el propietario de L'Absis, Josep Torres. Su elección de pintxo es el filete de cerdo, guisado a baja temperatura, acompañado de una salsa con base de avellana, cebolla y tomate y presentado sobre un lecho de puré de patata. Entre semana, el número de unidades solicitadas supera el centenar, pero la cifra se dispara el fin de semana.

«El sábado acabamos haciendo casi 400», explica Torres. «Es una iniciativa que no pasa de moda», concluye. Lluís Quismondo había llegado a L'Absis para tomar algún refrigerio, pero se encontró con la sorpresa del pintxo. La conclusión fue inmejorable: «La salsa es como la hacía mi madre. Me ha recordado mis tiempos de niñez».

En la plaza del Castell, una minihamburguesa trufada dominaba las mesas y la barra de Tàstum. «He venido porque mi amigo me lo ha recomendado. Y tanto que vale la pena», reconocía Ricardo Martínez, quien también reclamó que, aparte de la cerveza, esté la posibilidad de tomar la tapa con vino. En el mismo local, Romina López se había reunido con su grupo de amigas. Ellas ya sabían a qué iban: querían el pintxo. «Hemos venido expresamente y está muy bueno. Eso se tiene que hacer año tras año y continuar», declara López.

Las lavanderas se tenían que quedar inmóviles en la plaza de las Basses a pesar del aroma que desprendía el canelón de cerdo ibérico con bechamel trufada y camagrocs, la guinda del pastel del Racó de JP. «Decidimos hacer una cosa trabajada. No quiero hacer un pintxo fácil. Quiero que se sepa que en el local todo lo hacemos manual y casero», explicaba la encargada, Sílvia Prats.

En la terraza, Azahara Sánchez había venido desde Móra d'Ebre después de analizar la lista de posibles opciones a degustar. «Me ha atraído que es un canelón, simplemente», reconoce. Sánchez comenta que nunca había ido al Rincón de JP, pero asegura que, si acaba contenta con el pintxo, volverá para tomar unas copas.

Este es uno de los principales valores de la iniciativa. Tal como asegura Daniel Singla, propietario de Singlot, el Ganxet Pintxo es «un triunfo para movilizar Reus». «Un pintxo normalmente te trae más trabajo que beneficios, pero te da luz por la gente que no te conoce. Nosotros sabemos que, durante los dos meses posteriores al Ganxet Pintxo, tenemos más afluencia de gente», detalla.

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