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El Casal Despertaferro de Reus acaba con el pago de la hipoteca de la sede
Los socios seguirán pagando una cuota mensual para que se puedan llevar a cabo más actividades en el espacio del ateneo
El Casal Despertaferro, uno de los ateneos reusenses más populares, celebra que, «después de casi 15 años de penurias económicas», ha liquidado el préstamo con Coop 57 para pagar la sede donde se ubica, en la calle Martí Napolità. Los casi 220 socios pagan una cuota mensual y, a partir de ahora, lo seguirán haciendo para poder llevar a cabo nuevas actividades en su espacio, como charlas. El ateneo fue golpeado fuertemente por la pandemia, causando que su situación económica fuera muy débil. Tanto es así que pidieron a los asociados pequeños préstamos para hacer que el casal sobreviviera. En total, 18 socios aportaron 1.000 euros que se podrán devolver durante esta semana.
La sede de la Asociación de Acción Cultural Despertaferro no sólo cuenta con la taberna en su planta baja, donde se hacen actividades culturales y hay servicio de bar-restaurante, también hay un salón de actos en los pisos superiores. Todo el edificio se levantó en un solar municipal, a través de una concesión, y, para hacerlo, se concertó un préstamo con Coop-57, una cooperativa que financia proyectos de economía social y solidaria.
Un poco más de 14 años después, el ateneo ha acabado con el pago de 2.200 euros mensuales, gracias, según el gestor de la taberna y socio, Miquel Saperas, «a la aportación de los socios y a las actividades que se han llevado a cabo, como comidas populares y la participación en las barracas, entre otros». Estas actividades hasta ahora tenían que ser autogestionadas, que no comportaran gastos para la asociación. Ahora bien, el presupuesto que tiene para el 2023 contempla un excedente que permitirá financiar actividades: «Por ejemplo, podremos organizar ponencias y si se tienen que pagar honorarios, dietas o estancias, se podrá hacer», explica Saperas.
El excedente que contempla la entidad también permitirá la instalación de un ascensor para acceder al salón de actos, que estaba previsto desde hacía unos años, pero la crítica situación económica no lo había permitido. «Queremos trabajar la accesibilidad, que pueda subirtodo el mundo sin ningún tipo de problema», asegura Saperas. De hecho, la entidad hacía tiempo que ahorraba para poder sacar adelante el proyecto, pero la llegada de la pandemia, uno de los golpes más duros que ha vivido la asociación desde su nacimiento, hace 31 años, lo dificultó. Durante el confinamiento, la taberna tuvo que cerrar y no había ingresos y, por lo tanto, «se tuvo que tirar de estos ahorros». Otra de las cosas que hizo que no se ahogara económicamente fue la petición de «micropréstamos» a los socios, que ya podrán ser devueltos. Para Saperas, «la pandemia no solo hizo daño a la economía de la entidad, también afectó socialmente». Ahora bien, el responsable de la taberna asegura que ahora, dos años después, el Casal Despertaferro «ha salido reforzado».
Los socios pagan una cuota trimestral de 21 euros, o bien de 15 euros en el caso de estudiantes o parados. Ahora, la asociación proyecta una nueva cuota familiar para que estas también puedan disfrutar de los descuentos que se aplican a los socios.
Para celebrar la ocasión, el pasado sábado, la asociación llevó a cabo una asamblea para exponer el estado de la entidad y los proyectos futuros. Después, todos los socios fueron invitados a cenar y se celebró un concierto en el mismo espacio.