Cultura
La Iglesia condiciona la cesión del Bravium de Reus al respecto a la moral católica
El Arzobispado de Tarragona envía una nueva propuesta al Ayuntamiento reusense en que pide que los actos que se celebren no sean ofensivos con la doctrina
El acuerdo para la cesión del edificio del Centro Católico podría haberse encontrado con un nuevo obstáculo. Según ha podido saber Diari Més, el Arzobispado de Tarragona ha presentado una contrapropuesta al Ayuntamiento de Reus en que plantea modificar algunas de las condiciones que se habían establecido previamente.
En concreto, el punto de discordancia sería la introducción de una cláusula de estilo mediante la cual la autoridad eclesiástica pide «velar para que cualquier acto que se promocione en estos espacios sea respetuoso con el lugar y no sea ofensivo con la doctrina de la Iglesia católica».
Esta petición implicaría revisar el contenido de las obras de teatro, los conciertos y las reuniones que se lleven a cabo para evitar que carguen contra la moral católica, si bien se desconoce la forma con que se efectuaría el control. Como administración pública, el Ayuntamiento podría no estar de acuerdo con una cláusula que coarte la libertad de expresión.
El Arzobispado de Tarragona también sugiere reducir la duración del contrato –originalmente, se había acordado que la cesión de la construcción en el consistorio fuera por 99 años–, alterar la distribución de los usos del espacio para habilitar más para la actividad de la Iglesia y tener capacidad para incidir en el nombre que llevará el equipamiento, que se prevé que se integre en la red de teatros públicos.
El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, ya avanzó la semana pasada en un desayuno informativo que se había presentado una contrapropuesta al consistorio reusense, ya que, según aseguró, se trata de llegar a un acuerdo beneficioso para ambas partes y «no sólo de dar un edificio». Aunque no quiso entrar en detalles, señaló que había buena voluntad para llegar a un acuerdo.
La Prioral de Sant Pere, el Ayuntamiento de Reus y la Diputación de Tarragona anunciaron a mediados de noviembre del 2022 que habían llegado a un acuerdo para rehabilitar el edificio del Centro Católico, donde se había ubicado el Teatro Bravium. A partir del convenio, la Prioral cedía el espacio al Ayuntamiento gratuitamente durante 99 años.
La idea era que, una vez renovado, el Bravium entrara a formar parte de la red de teatros municipal, junto con el Fortuny y el Bartrina, y que entrara en funcionamiento a partir del 2025, aunque la nueva propuesta del Arzobispado hace crecer las incógnitas sobre el futuro del equipamiento como un espacio artístico más integrado en el circuito de la ciudad.
El presupuesto para la rehabilitación del edificio y la puesta en marcha era de 2.479.324 euros, financiado entre el Ayuntamiento y la Diputación de Tarragona. Estaba previsto que, en el 2022, el consistorio dedicara una primera partida de 18.150 euros, mientras que este año, tanto el Ayuntamiento como la Diputación destinarían 375.000 euros.
En aquel momento, se informó de que el acuerdo se firmaría el lunes 21 de noviembre, pero este nunca se llegó a materializar, ya que faltaba cerrar unos flecos para dotar el convenio de seguridad institucional y jurídica y, de esta manera, poder enviarlo al Vaticano para que lo ratificara.
No obstante, a finales de año, el alcalde de Reus, Carles Pellicer, reconoció que todavía se estaban negociando las condiciones con el Arzobispado y que, por lo tanto, el convenio estaba «parado» por «algunas complicaciones» que habían surgido.
El proyecto, que se preveía que se pudiera licitar durante el segundo semestre del año para poder acoger actividades escénicas a finales del 2025, pretendía rehabilitar tanto el teatro como la sala Bisbe Grau, situada en la primera planta, que sería de uso compartido entre el Ayuntamiento y la Prioral y que se pondría a disposición de la ciudadanía para llevar a cabo acciones culturales, sociales o similares.
El debate con Bravium Teatre
Pellicer también avanzó enla rueda de prensa de noviembre que sería la Asociación Bravium Artístico y Cultural la encargada de gestionar el espacio, aunque no detalló las condiciones con que lo haría. La entidad hace casi dos años que desarrolla sus actividades «en el exilio», ya que el Arzobispado informó a sus miembros de que tenían que cesar sus operaciones en el Centro Católico en marzo del 2021, después de detectar que el edificio sufría unos «daños estructurales en los cimientos» que ponían en riesgo la estabilidad de la construcción, según explicó entonces el delegado diocesano para los bienes de la iglesia, Josep Mateu. Los artistas permanecían en el centro con el contrato vencido desde enero del 2020, si bien esperaban reunirse con la propiedad para renovar el acuerdo.
Ante esta situación, la asociación se negó a abandonar las instalaciones hasta que obtuviera el compromiso por parte del Arzobispado que podrían devolver una vez concluyeran los trabajos de remodelación. En mayo del 2021, empezaron a retirar el material. Desde entonces, el Bravium Teatre ha desarrollado su programación en otros espacios de la ciudad, como la Sala Santa Llúcia, el TeatreBartrina, la Palma o el Orfeón Reusense.