Eurecat creará modelos de predicción de bioeficiencia alimentaria que reducirán el tiempo de investigación
El proyecto del laboratorio reusense también incluye el desarrollo de nuevas proteínas vegetales que sean alternativas a las de origen animal
El centro tecnológico Eurecat de Reus creará modelos de predicción de bioeficiencia alimentaria a través del proyecto 'Protección'. Se trata de un nuevo sistema de evaluación de las proteínas vegetales que permitirá acortar «significativamente» el tiempo de investigacióna las empresas, las cuales podrán optimizar sus inversiones. Esta metodología les permitirá llegar a la fase del estudio con humanos con una hipótesis «más solvente». El proyecto también incluye desarrollar nuevas fuentes de proteína vegetal, de insectos y de hongos, que sirvan de alternativa a las de origen animales, y estudiar la incidencia en el sistema inmune. La prueba piloto se ha iniciado este enero y se alargará hasta el 2025. Tiene un presupuesto de 7MEUR y participan seis compañías.
«Loque hacemos es evaluar qué impacto tiene una proteína en la salud, pero no nos fijamos cómo los diferentes péptidos (polímero formado por pocas unidades de aminoácidos unidos), que se generan una vez digeridas las proteínas, pueden también tener un efecto saludable», concreta Puiggròs. Por eso, indica, Eurecat pone a disposición de las compañías baterías de modelos biológicos de experimentación para que «todos los fragmentos peptídics que generan estas proteínas puedan ser evaluados desde el punto de vista de salud y, así no descartar ningún ingrediente que tenga un potencial saludable».
Menos experimentación animal
El director científico explica que los modelos de predicción tienen como objetivo reducir «al máximo» la necesidad de hacer experimentos, especialmente con animales. Detalla que en la primera de las cuatro fases de esta nueva herramienta, se hace uso de las bases de datos de péptidos de origen animal, las cuales ya están descritas, así como su efecto en la salud. Los datos obtenidos –por las empresas- de los péptidos de las nuevas proteínas, se pueden introducir en baterías de cultivos celulares de animales, como larvas de pescadoo gusanos, que no requieren «implicaciones éticas».
De esta manera, se obtienen datos «incipientes, pero muy sólidas» de cada péptido y qué efecto tienen sobre la salud. Después se introducen en las bases de datos y se generan los modelos de predicción de bioeficiencia con modelos de inteligencia artificial. A partir de aquí, los investigadores tendrán que consolidar a estos modelos con experimentación en humanos.
«Si el proyecto sale bien, esta es una metodología que no sólo es aplicable a las proteínas sino que lo es en cualquier ingrediente. Mujer solvencia en resultados preliminares y las empresas optimizarán su inversión», destaca Puiggròs. Además, asegura que los modelos aportarán mucha seguridad a la hora de invertir en estudios con humanos, que ahora, sostiene, son mucho más caros.
Reducir el tiempo de investigación
El proyecto ha arrancado este enero y se desarrollará en los próximos cuatro años. Según el suyo responsable no podrán certificar los resultados de forma «solvente» hasta que no se obtenga la confirmación en modelos humanos. «Aquí vamos de la mano de las empresas y, por lo tanto, coordinado. La fase en humanos sueles ser la final de cualquier proyecto y tendremos que esperar a ver si estos modelos de predicción se consolidan y si esta metodología, que es nueva y que implementamos en Eurecat, tiene futuro», añade.
A la vez, Puiggròs señala que uno de los principales escollosal cual se enfrentan las empresas es el tiempo. Para conseguir un ingrediente o validar los efectos funcionales necesitan entre dos años y dos y medio. «El hecho de alcanzar a estos modelos de predicción de bioefiència alimentaria podría reducir muy significativamente este tiempo y optimizar, no sólo la inversión de una empresa a la hora de enfocar un estudio con humanos, sino que en el global del desarrollo del alimento, la compañía también reduciría gastos en tiempo», recalca.
Nuevas fuentes de proteínas
En paralelo, en la prueba piloto también se investigará y se desarrollarán nuevas fuentes de proteína que sirvan de alternativa a las de origen animal tradicionales. El investigador José Antonio Moreno de los Laboratoris Ordesa, coordinadordel proyecto, destaca que la industria y la sociedad reclama este tipo de proteínas alternativas al animal poruna cuestión de sostenibilidad. «La huella de carbono e hídrica que genera la proteína vegetal es muy inferior a la que genera el animal. Por lo tanto, en el ámbito de sostenibilidad este será el camino. Ahora, lo que tenemos que validar es que las proteínas alternativas son igual de buenas que las animales, tanto nutricional, como funcionalmente», indica.
Fibras como las de la carne
Aparte de investigar sobre estas nuevas fuentes, una de las patas del proyecto es el desarrollo de nuevos productos. En este sentido, Moreno observación que se utilizará una tecnología «muy puntera» que es la extrusión húmeda. Esta permite producir unas fibras más parecidas a la fibra muscular de los animales y de esta manera se consigue una textura más similar a la de comida carne. En el caso de la empresa Ordesa, su objetivo es desarrollar nuevas fórmulas infantiles con estas proteínas vegetales y, sobre todo, quieren centrar la investigación en su «potencial efecto beneficioso» en el sistema inmunitario.
El investigador recuerda que en el ámbito de las proteínas alternativas se han generado muchos proyectos de investigación, pero apunta que todavía hay margen para innovar e investigar. De hecho, uno de los ámbitos que se han centrado es al ver cómo actúan las proteínas vegetales y alternativas sobre el sistema inmunitario y la microbiota. Asimismo, explica que las proyecciones que hay en el ámbito científico es que el consumo de proteína vegetal contribuirá a mejorar la salud de la población. Con todo, sostiene, eso se tiene que validar científicamente.