Vecinos de Monestir reclaman pasos de peatones elevados en la plaza dels Llapis de Reus

«Reus es una ciudad que me gusta mucho, pero está claro que los ciudadanos que no estamos en la primera corona somos de tercera». Con estas palabras describe Alfons Berbel, presidente de la asociación de vecinos (AV) de Monestir, el estado del barrio. Para mejorar la calidad de vida de la población, el portavoz explica que tiene «un montón» de proyectos entre manos.

En concreto, sus principales caballos de batalla son cuatro: los pasos de peatones que rodean la plaza dels Llapis, el parque infantil de la calle de Miami, la acera de la calle del Monestir de Poblet y el incivismo de los dueños de perros. En la avenida de Sant Bernat Calvó, delante de la gasolinera, se encuentra una rotonda conocida popularmente como plaza dels Llapis. Berbel señala que es peligroso pasar por los pasos de peatones que lo rodean por dos factores diferenciales: explica que los vehículos «vienen lanzados y no respetan a la gente que quiere pasar» y, además, el ciudadano tiene que atravesar cuatro carriles para ir de una acera a la otra.

Por este motivo, el presidente de la AV pide que se eleven los pasos, en especial, el último antes de llegar a la glorieta con el Santuari de Misericòrdia como origen, que no está regulado por semáforos. «Ya ha habido muertes aquí», lamenta.

Berbel añade que, en el pasado, ya ha solicitado que se eleven los pasos o que se pongan más resaltes en la vía, pero la respuesta siempre ha sido negativa, alegando que sería «un inconveniente para los camiones y los autobuses».

«Esta explicación, yo no me la creo. Los camiones y los autobuses tienen que hacer como los coches, frenar y pasar poco a poco, como todos», considera. También recuerda que tuvo que batallar para elevar el paso de la intersección entre la avenida de Sant Bernat Calvó y la calle dels Forners.

En los Presupuestos Participativos del 2018, los reusenses votaron a favor de crear un parque infantil en el barrio Monestir. Se instaló en la calle de Miami, junto a la zona azul, pero antes de las últimas fiestas de Navidad, los columpios y el tobogán fueron retirados por, según asegura Berbel, «problemas con el dueño de los terrenos».

«Me enfadé mucho. Vinieron las vacaciones y nos quedamos sin parque, cuando los niños más lo podían utilizar», expresa. Por eso, solicita que se vuelva a ubicar el área de juegos. Propone que se sitúe en la misma calle de Miami, en la zona verde estrenada el pasado septiembre, donde estaban los equipamientos de gimnasia. La idea sería instalar «lo mismo que había en el otro lado», sólo renovando los columpios y añadiendo un «castillo» junto al paseo de Misericòrdia.

Una acera estrecha y el incivismo

«Antiguamente, pasaba poca gente, pero ahora es uno de los más transitados, ya que desemboca en la escuela Teresa Miquel i Pàmies». Así define Berbel la calle del Monestir de Poblet, una ruta utilizada por muchos estudiantes y que está, según el portavoz vecinal, «en mal estado».

Su reclamación prioritaria es que se ensanche la acera, dado que hay una serie de «impedimentos» que dificultan el paso: las farolas, las señales de tráfico, la vegetación que sobresale de las viviendas. «La gente no puede pasar con los cochecitos ni con silla de ruedas. Cuando llueve, las personas tienen que bajar de la acera e ir por la carretera, por donde pasan coches», critica. Para acondicionar la zona, propone sacar una línea de aparcamientos.

La última reclamación de los vecinos de Monestir es que los dueños de los perros recojan las defecaciones de los animales. «El barrio está lleno de cagadas. En el paseo de Misericòrdia, no hay un solo árbol que no esté cagado», comenta Berbel. Por este motivo, han iniciado una campaña en la avenida de Pere el Cerimoniós para concienciar a la gente. «No lo hagas culpable de aquello que no puede hacer. Hazlo por él. Hazlo por todos. Recoge los excrementos de tu perro. Hazlo por una ciudad más limpia para todos», se lee en los carteles colgados por la AV.