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ENERGÍA

Vecinos de la Mineta quieren ceder los excedentes de energía a servicios sociales

A estas alturas, más de una veintena ya han instalado placas solares y se están tramitando seis peticiones más.

Imagen de la calle Hospitalera, en la que no hay luz.

Vecinos de la Mineta de Reus reclaman la mejora lumínica del barrioGerard Martí

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El barrio de la Mineta sigue trabajando para convertirse en una comunidad energética. A estas alturas, más de una veintena de residentes han podido completar los trámites para instalar placas fotovoltaicas en sus domicilios y, tal como detalla el presidente de la asociación de vecinos (AVDA), Xavier Panisello, todavía quedan media docena de solicitudes pendientes de resolver. Con todo, la comunidad va más allá y ya ha propuesto al Ayuntamiento de Reus canalizar los excedentes de energía a través de los servicios sociales para que las familias en situación de vulnerabilidad puedan tener acceso «a un precio más bajo y asumible».

Panisello pide que Reus Energia, la comercializadora municipal encargada de suministrar electricidad al Ayuntamiento y a los equipamientos públicos, «abra un poco su abanico». «Nos gustaría que aquellos excedentes que tenemos, en lugar de venderlos a comercializadoras que nos pagan un precio muy bajo y que están teniendo unos beneficios brutales, los venda el Ayuntamiento a familias necesitadas, en riesgo de exclusión, para ayudarlas,» subraya el portavoz vecinal, que asegura que estarían dispuestos a ceder un porcentaje de la energía sobrante de manera gratuita y a reducir el precio del kilovatio por hora, teniendo en cuenta los gastos de distribución que tendría que asumir la empresa, para facilitar la gestión y asegurarse que todo el mundo pueda adquirir la energía.

«Nosotros seguiríamos cobrando los excedentes a un precio muy bajo, pero pedimos que se canalicen a través de los servicios sociales. Hay muchas familias con problemas, incluso en nuestro barrio», expresa Panisello. «Diciéndolo parece que es una cosa muy fácil cuando en realidad no lo es, pero se puede hacer», añade. Hace falta recordar que la AVDA ya planteó en el pasado que, con la creación de la comunidad energética, se podría distribuir el sobrante entre los residentes del barrio para reducir la huella|pisada ambiental y ayudarlos a rebajar la factura eléctrica.

La dificultad de los trámites

Si bien la asociación de vecinos ha contado con la ayuda de Solargest para ejecutar la compra colectiva de placas fotovoltaicas, aprovechando las subvenciones que están al alcance de la ciudadanía, como las bonificaciones del IBI para instalaciones de autoconsumo o el programa de ayuda a las actuaciones de mejora de la eficiencia energética en viviendas, financiado con fondo Next Generation, Panisello lamenta que su tramitación es «tan complicada» que ha sorprendido a todos los agentes implicados.

En el caso del programa para mejorar la eficiencia energética de las viviendas, que, aparte de instalar placas solares, prevé actuaciones como cambiar las ventanas o el aislamiento de la fachada, se pide que la intervención permita una reducción del consumo de energía no renovable de al menos un 30%. «Acreditar eso es muy complicado. Tienen que venir ingenieros, tienes que aportar certificados de gasto energético de antes y de después...», menciona al portavoz vecinal.

Además, afirma que se consiguieron resolver los primeros trámites el diciembre del año pasado, después de cinco meses trabajando, y que se encontró con la situación que las mismas administraciones públicas desconocían como proceder. «Entre nuestro desconocimiento, el de la administración y una resolución que parece muy complicada cumplir, ha sido realmente difícil», valora. Con todo, asegura que los vecinos están «contentos» porque, a pesar de todo, se van alcanzando los objetivos planteados y «con muy buenos resultados».

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