Diari Més
Marta Magrinyà

Autora de 'La diligència' (Ed. Cossetània)

Libros

«Hay que reivindicar la novela romántica sin complejos»

El nuevo libro de la escritora reusense es un relato de aventuras en el Reus de finales del siglo XIX

Marta Magriñà al carrer Jesús, d'on va sortir la primera diligència de Reus.

«Hay que reivindicar la novela romántica sin complejos»Gerard Martí

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Su novela arranca en Reus, en el año 1841, y nos habla del servicio de diligencias que estaba funcionando entonces en la ciudad. ¿Qué hacía, una diligencia, en Reus? —La diligencia fue una iniciativa de un señor llamado Josep Brunet, que era cintaire, porque se dedicaba a hacer cintas de seda. En aquel momento Reus era la segunda ciudad de Cataluña y hay ungranxup-xup, se habla de modernizar la ciudad. En toda Europa ya se viajaba con diligencia con una cierta normalidad, pero aquí la gente no se movía, porque había muchos conflictos y los caminos eran muy peligrosos. Y el señor Brunet tiene la ocurrencia de poner en marcha una diligencia que cubra el trayecto de Reus en Barcelona en diez horas. En aquella época, aquello era un tren bala.

—Aquel servicio lo utilizaban, sobre todo hombres de negocios. Pero Usted pone dentro a cuatro personas que no viajan precisamente por trabajo...

—Exacto. Hay un hombre,Evarist Vallhonrat, que se supone que va a Barcelona por negocios, pero en realidad lo hace porque es la manera que tiene de escapar y ser él mismo. Después, hay tres mujeres. Una, que laenvían a Cuba para casarse, y las otras son dos mujeres que, para la época, ya son mayorcitas. Y como no se han casado, los dejan hacer ciertas cosas que las casadas no podrían hacer nunca en la vida. Que en aquel tiempo dos mujeres hicieran aquel viaje era impensable, porque era una época de caos y desorden, los caminos estaban desbaratados, había bandoleros... en definitiva, era un poco un mundo sin ley.

—Con ellas viajan Tomàs, un miliciano que se encarga de la seguridad, y Pere, que es el chófer. Y los seis vivirán una historia que nos habla de amor pero también, y mucho, de lealtades.

—Sí, a mí me gustan mucho las historias de lealtades, y aquí hay muchas. Por ejemplo, en la amistad entre el chófer y Tomàs. O entre las dos amigas y en la manera como se relacionan con la tercera mujer. A menudo pienso que, en aquella época, había más humanidad, hoy día el concepto del honor se ha perdido un poco, ahora es unsálvese quien pueda.

—Precisamente las tres mujeres protagonistas son un claro ejemplo de sororidad: la practican cuando esta palabra todavía no se había inventado.

—Sí, primero hacen una alianza entre las dos amigas, Margarita y Micoia, y después con la tercera chica. La ven tan desvalida y abandonada, tratada como si fuera una mercancía... Pero consiguen cambiarle la vida. Esta chica, Mercè, sube a la diligencia con un destino, y baja con otro. De hecho, a todos los personajes les pasa, que aquel viaje acaba siendo el más intenso que les ha pasado nunca.

—Nos hace viajar dos siglos atrás, pero el eje de las historias que nos pasan ahora no ha cambiado tanto: la vida sigue pivotando en torno al amor, las pasiones y el deseo.

—Es que somos personas y, en realidad, todo va de amor. Fíjate en que el 90% de las canciones hablan de eso. Y el amor romántico es el que genera más locuras y también despierta más odio visceral. Al final, el amor mueve el mundo.

—Explica que ha escrito una novela de amor y aventuras. Hay que reivindicar el género.

—Sí, casi no hay nadie que escriba en catalán este tipo de novelas que pivotan en torno al amor, que le den su importancia, y lo hagan sin complejos. ¿Por qué se ha de menospreciar este tipo de novela? ¿El género negro puede tener premios y prestigio, pero la literatura romántica no? Hay de buena y de mala, como en todas partes.

—También es una gran defensora de los finales felices.

—¡Y tanto! Quizás hayquien dirá: Eres tonta. Pues mira, sí, soy tonta. Pero pienso que, cuando leemos una novela, nos lo tenemos que pasar bien, igual que cuando vamos al cine. A veces, leemos libros como si fueran medicinas, u oímos que estamos obligados a leer ciertas cosas. Pero las novelas ni son medicinas ni nos tenemos que acabar un libro que no nos está gustando, igual que haríamos con una película o con una serie.

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