Reus reduce el endeudamiento en más de 290 millones de euros en diez años

«El Ayuntamiento de Reus tiene una salud económica muy potente, la mejor de los últimos doce años». Con estas palabras definió Carles Pellicer la situación de que se encontrará en las arcas municipales su sucesor en la alcaldía. «Dejamos el Ayuntamiento saneado, solvente, con capacidad de acción. El próximo gobierno tendrá capacidad inversora y de gestión para poder actuar como crea más conveniente», señaló durante la presentación del balance económico del mandato 2019-2023, si bien aprovechó para repasar sus doce años al frente del consistorio.

El alcalde acentuó que el factor que «mejor ilustra» estas «cifras extraordinarias» es la evolución del endeudamiento. En el 2012, la deuda ascendía a 405,42 millones de euros. Una década más tarde, el ejercicio del 2022 se cerró con una deuda de 114,59 millones de euros. La rebaja es de más de 290 millones; de un 71,74%.

Y en el periodo entre el 2019 y el 2022, correspondiente al vigente mandato, la disminución ha sido de más de 70 millones. «Nos deja una situación económica y financiera inmejorable para desplegar nuestra hoja de ruta y los servicios de calidad que la ciudadanía merece», analizó Pellicer.

A su vez, la concejala de Hacienda, Mariluz Caballero, comentó que la ratio de endeudamiento, que indica la proporción que representa la deuda en el total del pasivo, es de un 70,22%, por debajo del régimen de autorización –que implicaría que los entes supramunicipales tendrían que dar el visto bueno a la hora de endeudarse– y lejos del tope legal del 110%.

Asimismo, Pellicer subrayó el progreso de los planes de inversión. En el último mandato, se ha hecho un esfuerzo inversor de más de 83 millones de euros; cifra que contrasta con los 30,51 millones del periodo entre el 2011 y el 2015, cuando el consistorio atravesaba un escenario crítico.

«Es una inyección extraordinaria de servicios a la ciudadanía. La economía saneada quiere decir eso, quiere decir el Centro Social El Roser, la recuperación del patrimonio de la Boca de la Mina, el Parc de Lliscament, la transformación del Arrabal de Santa Anna, el Pas de Ciutat, la estación de Bellissens, la Hispania, los poliligeros Cèlia Artiga y Joan Rebull, planes de mantenimiento, etcétera», ejemplarizó.

Por su parte, Caballero destacó que se ha llegado en el contexto actual gracias «al rigor, la buena gestión y un modelo de excelencia». El edil explicó que el Ayuntamiento cierra el ejercicio económico del 2022 con un grado de ejecución del 97,3% –la media catalana se sitúa en torno al 85%, detalló– y un superávit de 3,95 millones de euros, que se destinarán a continuar actuaciones que ya se están ejecutando y a reforzar «determinados servicios y ayudas a entidades».

Otro de los indicadores que pregonan la buena salud de las arcas municipales es el periodo medio de pago a los proveedores. A cierre del ejercicio del 2022, era de 8 días, el mejor dato del mandato de Pellicer, mientras que en el 2011 ascendía hasta los 191, «si es que podíamos pagar», añadió Pellicer. El máximo permitido por la ley es de 30 días.

La situación financiera municipal se explica, en parte, también gracias al aumento de los ingresos. La lucha contra el fraude fiscal, que incluyó un plan de inspecciones, supuso dos millones de euros adicionales, para conceptos como la tasa de los vados. La eficiencia en la gestión tributaria dejó medio millón de euros en las arcas, mientras que «la eficiencia en la búsqueda de recursos de otras instituciones» depositó dos millones más, en declaraciones de Caballero.

Todos estos factores permitieron que el Ayuntamiento concediera bonificaciones fiscales por valor de 5,6 millones de euros durante el último mandato. «La ciudadanía ya paga lo bastante cara la situación de excepcionalidad e incertidumbre internacional. Queremos aliviar la carga que soportan empresas y familias impulsando medidas económicas y de estímulo», expresó la concejala. «El objetivo es hacer llegar a la ciudadanía un mensaje de confianza y optimismo», remarcó Pellicer.