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El Club de les Teixidores de la AV La Pastoreta sueña con salir a la calle

En las fiestas del barrio, tienen intención de llevar los encuentros al aire libre para que todo el mundo pueda unirse

El grupo desarrolla su actividad en el local social de la asociación de vecinos.

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«Quién más quién menos, todos hemos visto a nuestras abuelas tejiendo, todos hemos tenido un peuco o una chaqueta que nos hizo». Con este recuerdo de infancia, proyectado por su presidenta, Candelaria Flores, la asociación de vecinos (AV) La Pastoreta creó el Club de les Teixidores. Se quería impulsar antes de la llegada de la covid para animar a las personas mayores a salir de casa, pero tuvo que esperar. Cuando vio la luz, era más necesario que nunca reencontrarse y socializar: se tenía que convertir la idea en una realidad. «Todo es terapia, y más después de la pandemia», expresa Flores. Hoy día, el club busca seguir existiendo, «que siendo una asociación de vecinos ya es mucho», puntualiza la presidenta, pero sueña con poder volar. Si todo va bien, durante las fiestas del barrio, las tejedoras saldrán a la calle para que todo el mundo pueda ver su arte.

Cada viernes –y algún miércoles–, las puertas de la sede social se abren de par en par para recibir con los brazos abiertos a cualquiera que quiera coger hilo y aguja. El horario original era de 18 a 20 horas; la apertura se adelantó a las 16.30 h., pero es el ritmo de la conversación y las ganas de verse es lo que acaba determinando la jornada textil. «Muchas veces empezamos tejiendo y acabamos teniendo cada tertulia... Hay gente que ni siquiera abre la bolsa con los utensilios», explica Flores.

El ganchillo es la técnica más utilizada para confeccionar bufandas y chales, pero el abanico es amplio. El punto de media no cesa de moda y el amigurumi, la creación de muñecos con ganchillo, está creando fervor. «No damos clases, pero entre las a unas y las otras nos ayudamos. Hay gente que ha aceptado el reto, ha venido y ha acabado pasándole la mano por la cara a las más veteranas», afirma la portavoz vecinal. El colectivo ya agrupa personas de entre 32 y 85 años. A pesar de ser un trabajo manual tradicional, con los resultados de las agujas del Club de les Teixidores se podría llenar un armario entero. Han elaborado tops, bolsos de mano e, incluso, un tanga para hombre con una trompa de elefante en las partes íntimas. La pasada Navidad, hicieron un taller de decoraciones para el árbol de Navidad «Eso se creó para salir de casa, hablar las unas con las otras, interactuar y pasar una tarde diferente», continúa Flores.

Si bien el objetivo principal del club es mantenerse, las ganas de emprender el vuelo están bien presentes. Quieren animar a otras entidades y asociaciones vecinales a adoptar secciones de costura. «Y, quién sabe, quizás acabamos montando una exposición», concluye Flores.

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