«Si en el Tecnoparc no conseguimos que se implanten empresas, ya podemos irnos»

Josep Baiges siempre ha defendido que tenía vocación de servir a la ciudadanía, sea desde los medios de comunicación, la Cambra del Comerç, la escuela de sus hijos o su bloque. Cuando Sandra Guaita fue a consultarle cómo veía Reus, se dio cuenta de que su opinión era valorada. La estima que sintió hizo que dejara una posición «cómoda» como secretario general de la Cambra y que asumiera el riesgo de entrar en el mundo de la política. «La apuesta la hago por Sandra», expresa.

— Después de pasar por los medios de comunicación y la Cambra de Comerç, ¿dar el salto a la política era el siguiente paso?

— Yo no me lo había planteado nunca. Desde 1999 que he ido teniendo, cada cuatro años, ofertas para integrarme en alguna lista, pero sí que notaba que era un poco como «lo hemos propuesto a tres o cuatro, nos han dicho que no, y ahora hemos pensado en ti».

— ¿Qué diferencia el proyecto de Guaita de las otras ofertas?

— A mí me viene a buscar para hablar de la ciudad. Yo, lo que veo, es que, a ella, mi opinión le interesa. No es únicamente para ir a ocupar un puesto que ha quedado vacío en la lista. Cuando me hace la propuesta de entrar, yo me siento muy seguro de dar este paso y decir «me la juego». Me ha hecho sentir importante, querido. Es cierto que tenía una posición muy cómoda, pero la vida son riesgos y a la edad que tengo, después de lo que he hecho y del recorrido que he seguido, ya que mi mujer también lo ve bien, creo que vale la pena.

— ¿Tener el apoyo familiar fue importante para aceptarlo?

— Completamente. Yo soy el que soy gracias a lo que he vivido en casa, especialmente con mi padre, que fue una persona muy implicada en la ciudad. En el entorno más inmediato, todos viven con la misma pasión que yo la ciudad. Ellos me dijeron «tú que has hecho una evolución en los medios, en la Cambra, podrías ser prior de Sant Pere o entrar en el Ayuntamiento a trabajar para la ciudad». Es como una evolución, no premeditada, pero que tiene una cierta lógica cuándo hablas de vincularte a Reus.

— ¿Como ve la ciudad en este momento?

— La ciudad está en un punto que se tiene que relanzar, lo veo clarísimo. De aquí esta coincidencia con las ideas de Sandra. Hay que dar un salto de calidad. Históricamente, Reus siempre ha sido una ciudad ambiciosa y su gente y sus líderes políticos han tenido que tener una mirada larga y pensar a lo grande. Nos falta dar este salto, ser atrevidos, ser valientes.

— ¿Hacia donde tendría que llevar este salto?

— A agrandarla, posicionarla y recuperar la capitalidad. Reus es capital y lo es gracias a su gente. Nosotros no somos capital administrativa, todo aquello que conseguimos siempre nos lo tenemos que ganar. En el ámbito económico y comercial, tenemos que mantener esta referencia, proyectarla y subir la autoestima. La gente de Reus, más que nunca, tiene que recuperar el orgullo, el convencimiento de que esta ciudad tiene alguna cosa que la hace diferente. Tenemos que hacer una capitalidad bien entendida, generosa, absolutamente desinteresada.

— Se trata de no conformarse e ir más allá...

— La ciudad tiene que crecer y se tiene que desarrollar, y tenemos que buscar más implantaciones de empresas. Hay un tema que no lo podemos menospreciar, que es la experiencia de Sandra en el Congreso de Diputados. Eso es un activo brutal. Si el papel de alcaldesa lo juega ella, Reus hará un relanzamiento brutal, estoy convencido. De lo contrario, yo no me hubiera mojado. Con la estación intermodal, el Aeropuerto, el Tecnoparc, las oportunidades que se presentan son inmensas, sólo hace falta un poco de visión estratégica para saberlas aprovechar. Eso quiere decir pensar a lo grande y, quizás, estos últimos cuatro años se ha pensado un poco en pequeño.

— ¿Cuál es la relación actual entre empresas y consistorio?

— Estamos muy a favor de la economía social, pero para que haya, tiene que haber economía productiva. Eso quiere decir que las empresas se tienen que poder ganar la vida y que los trabajadores tienen que tener buenas condiciones de trabajo. Si ayudamos a las empresas, estamos ayudando a la ciudad. La administración tiene que ponerlo fácil.

— La ciudad todavía tiene bastantes locales vacíos.

— Si hablamos de locales comerciales, Reus es de las ciudades de Cataluña que tiene más rotación comercial. Se cierran, es cierto, pero también se abren. El atractivo que tenía la ciudad desde el punto de vista comercial lo sigue teniendo. Lo que tiene que hacer el Ayuntamiento es acompañar con políticas de incentivos reales para que la actividad comercial sea provechosa. También se tiene que ayudar mucho al sector comercial con una formación continuada, para que se dé cuenta de la potencialidad que tiene esta ciudad. Cuando paseas por Reus un sábado por la tarde, no se cabe.

— ¿Cómo imagina el futuro de Reus?

— Si dentro de cuatro años no hay una implantación empresarial potente, no habremos conseguido lo que nos proponemos. Aquí, que somos un cruce de caminos, que tendremos la estación intermodal, que tenemos el Aeropuerto y los terrenos, tienen que venir empresas que generen empleo. Tenemos que ayudar a las que hay ahora, eso es primordial, pero tenemos que intentar captar más. Si en el Tecnoparc, que es un solar, no conseguimos que haya implantaciones, ya podemos irnos. Desde el sector comercial, tenemos que posicionar la ciudad como se merece. Esta percepción que empieza a correr que Tarragona es la capital comercial... No, nada de eso. El reto es apasionante.