«No sabemos ver la sexualidad de las personas con diversidad funcional»

Carlos de la Cruz es sexólogo, doctor en Psicología y director honorífico del Máster en Sexología de la Universidad Camilo José Cela. Será uno de los ponentes de la segunda jornada Sexualidad y diversidad funcional que tendrá lugar en firaReus el 27 de abril. Señala que la sexualidad se basa en tres aspectos, «como soy, como me vivo y como me expreso», y que es inherente «a todas las personas».

— Hay diferencias entre la sexualidad de las personas con diversidad funcional y el resto de la población?

— No hay ninguna diferencia. Cualquier persona con diversidad funcional existe objetivamente, se vive y se expresa. Tiene cuerpo, genitales, identidad, deseos. Lo que pasa es que a las personas con diversidad se las educa menos en este aspecto. No es un problema de la sexualidad, sino de cómo el entorno lo aborda.

— Qué prejuicios existen?

— Se acostumbra a tener una visión reduccionista de la sexualidad y se vincula sólo a las relaciones sexuales. Cuando se percibe que las personas con diversidad funcional quizás no tendrán relaciones sexuales, que no tendrán pareja o hijos, cosa que muchas veces es un error, parece que su sexualidad es menos importante, se las asexualitza porque no se acercan al modelo de una sociedad que exige juventud, belleza y coitos.

— se está reprimiendo su sexualidad?

— Creo que todavía hay muchas cosas que trabajar, pero estamos mucho mejor a cómo estábamos hace diez o quince años. Yo no diría que la palabra sea reprimido, no creo que esté la voluntad de hacerlo. Más bien es que la sociedad no sabe ver la sexualidad de las personas con diversidad, no lo afronta y no la cultiva. Si los vemos como si fueran niños, si los infantilizamos... Si los viéramos como adultos, lo veríamos mejor y actuaríamos en consecuencia. No obstante, no es suficiente con decir que la sexualidad en las personas en diversidad funcional existe, sino que tenemos que trabajar para que tengan más información, más intimidad, tengan en mejor consideración su cuerpo desnudo, tengan más y mejores relaciones personales... Muchas de estas personas necesitan un apoyopara que eso pueda alcanzarse. Lo que se tiene que hacer es que cada uno asuma la responsabilidad que le corresponde: familias, centros educativos, centros de día y ocupacionales... Si pensamos que la educación sexual hace falta, no podemos contribuir al silencio, tenemos que hablar con estas personas. Si creemos que necesitan intimidad, se lo tenemos que ofrecer, no esperar que nos la pidan.

— Cómo se brinda este apoyo?

— puede ser de muchas maneras. No se trata sólo de darles información, sino que a veces tiene que facilitarles un estímulo, un espacio de intimidad, sacarles el pañal... Yo puedo acceder a través del móvil a muchos estímulos, o ir a una tienda erótica, o marcharme de casa si quiero espacio, pero ellos necesitan una ayuda, como puede ser facilitarles una postura para que puedan acceder a los genitales. Eso se haría no pensando en qué se masturben, sino que aprendan a conocer su cuerpo, que puedan sentir la mano en los genitales y los genitales en la mano. Los objetivos son que aprendan a conocerse; que aprendan a aceptarse y a sentirque son dignos de ser amados, que es el más complicado; y que cuando se presente una expresión erótica, genere bienestar.

— Se necesita más educación sexual al respecto?

— Es lógico, la sexualidad de personas con diversidad funcional no se educa, pero es que el tema de la educación sexual todavía no lo tenemos resuelto. Es un error común de los últimos 30 años. Para quesea educación sexual de verdad, no nos podemos limitar a charlas de una hora en que se explica como poner un preservativo y que tienes que ir con cuidado. Tiene que ser una educación integral, feminista, diversa, que integre al colectivo LGTBI e inclusiva. Tiene que ser progresiva a lo largo de todas las etapas. No creo que sea realista pedir una asignatura, pero sí que tendríamos que ir impregnando poco a poco a los alumnos con contenidos relacionados, y el profesorado y las familias tendrían que seguir trabajando los temas.

— Jornadas como la de Reus ayudan a hablar del tema?

— Sin lugar a dudas. El simple hecho de que haya un cartel público y que se difunda ya ayuda. Si hasta ahora no me había planteado que este tema fuera interesante, quizás ahora le daré una vuelta.