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SUCESOS

Tres personas bebidas asedian las alimentadoras de gatos del parque de Sant Jordi en Reus

Tres individuos arrinconaron a una de las cuidadoras al principio de mes porque recriminó a uno de ellos que orinara cerca de los pesebres

Una paperera del parc fa tres setmanes, amb ampolles d'alcohol.

Personas ebrias asedian las alimentadoras de gatos del parque de Sant Jordi en ReusCEDIDA

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Las alimentadoras del Projecte Gat que van diariamente a cuidar la colonia que habita el Parque de Sant Jordi hace tiempo que tienen que compartir espacio con un grupo de personas que se reúne, a partir del mediodía, para beber alcohol en torno a la plaza del alcalde Anton Borrell. Hasta ahora, si bien se habían registrado múltiples hechos incívicos, como orinar en el interior de los pesebres, tirar el pienso por el suelo o dejar los restos de las consumiciones por cualquier lugar|sitio, estos individuos no se habían enfrentado con las voluntarias. Con todo, a principios de mes se produjo la situación con que las participantes del Projecte Gat empezaron a temer por los animales y por su propio bienestar.

Una de las voluntarias, Lorena, fue a rellenar los boles|cuencos con pienso y agua, pero se encontró a un hombre haciendo sus necesidades justo al lado. Le pidió que fuera en los lavabos públicos, en escasos metros de distancia, pero, tal como recuerda, el individuo se exaltó. Dos de los compañeros del grupo se sumaron a regañarla y a dedicarle improperes, dejándola «arrinconada, porque|para que no pudiera adelantar|avanzar ni hacer nada,» rememora. En aquel momento, le cogieron el saco de alimento y lo tiraron. No fue hasta que Lorena amenazó con llamar a la policía y consiguió contactar con ella que la dejaron tranquila. «Había otra persona, que es la más sibilina de todas, que ya había dicho cosas como 'hoy comeré gato', que comentó que tenía unos ojos muy bonitos y me preguntó cómo me llamaba, intentando intimidarme,» añade.

Lorena declara que una compañera de entidad, con quien se devuelve los días en que alimentan los felinos, tuvo que empezar a ir acompañada de su madre porque decía que «no sabía qué podía pasar». En este contexto, detalla que los Mossos d'Esquadra le han asegurado que, si no puede hacer con tranquilidad su labor, lo acompañarán para que esté protegida, pero ella no quiere llegar a este extremo. ¿«Vamos a plena luz del día, a las 16 horas, de verdad tenemos que tener miedo para estar en un parque público»?, se pregunta. La cuidadora también afirma que los cuerpos de seguridad son conscientes de quiénes son estos individuos, pero explica que, cuando se les ha puesto una sanción, «se declaran insolventes y no la pagan». «Es una zona de paso, próxima al espacio de juegos de los niños, y es realmente un peligro que esta gente esté allí», lamenta. Es por este motivo que pide que se apliquen medidas como disponer de policías de paisano, grabar imágenes o tener una patrulla fija, para evitar que la situación vaya a más. «Yo pago de mi bolsillo el pienso, utilizo el tiempo libre para hacer eso, como para que después me encuentre con estos parásitos que lo que hacen es perjudicar la convivencia y el espacio público», concluye.

Carlos, un activista animalista de otra asociación, señala que se ha reunido con vecinos y trabajadores de la zona y que le han transmitido que oyen|sienten «indignación» y «miedo» de pasar por el parque. «Las personas mayores no se atreven a atravesarlo», expresa. «Ya se ha cruzado la línea roja», sentencia.

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