Diari Més

Rosas, libros, dragones y vermuts llenan cada adoquín de la plaza Mercadal de Reus

El sol y el calor invitan a los ciudadanos a salir en masa para disfrutar de la festividad y del domingo

Les paradetes de Sant Jordi, tant de llibres com de roses i altres elements, es van concentrar als carrers del nucli antic.

Rosas, libros, dragones y vermuts llenan cada adoquín de la plaza Mercadal de ReusGerard Martí

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Pocas cosas hay más reusenses que ir un domingo al mediodía a hacer el vermuten la plaça del Mercadal–o, como alternativa, al contorno de la Prioral. Por fin, el sol ayer acompañaba y el verano empezaba a sacar el cap. Bíceps y tríceps iban quedando al aire libre, con las chaquetas colgadas del cuello, el hombro o la cintura. Conseguir mesapara hacer un piscolabis, sin embargo, era un traidor juego de las sillas. Nada más tocar las doce en punto, las terrazas del casco antiguo lucían llenas y rebosantes. También cada singular adoquín de la plaza consistorial. No sólo comerse unas patatas, sino que desplazarse ya era toda una odisea. Requería paciencia y autocontrol, alzar colzas y abrirse paso como un jugador de fútbol americano o ponerse a driblar emulando Ronaldinho. La dominical festividad de Sant Jordi sacó de casa incluso los más agorafóbicos. La vida seguía fluyendo por la tarde, imagen atípica del último día de la semana.

Rosas, rosas y rosas decoraban calles, escaparates, balcones –parecía imposible enfilar|ensartar la calle de Jesús sin detenerse a contemplar la Casa Navàs- y bolsillos pectorales. Fuera en forma de flor natural, de golosina o hecha de ganchillo. Todavía se veían vestigios teñidos de otras tonalidades, como el amarillo que tanto furor causó en el 2017, pero el color de la pasión, el rojo, era el claro predominante. El boig per tuque interpretaba a un solitario guitarrista en la calle Llovera dejaba claro, por si alguien se había despistado, que era un día para demostrar y recibir amor: con la pareja, los amigos, los padres; cualquiera. Ni los precios, que ya llegan a subirse hasta los seis euros por rosa, impedían disfrutar de la festividad.

No obstante, los malvados y los antihéroes cada vez son más populares. La historia se está reescribiendo y se empieza a percibir que el dragón quizás no era el malo de la leyenda. Algunas criaturas ya piden abrazarlo directamente a él; otros todavía se disfrazan de caballeros y están dispuestos a salvar a la princesa. «A mí me cae bien el dragón», reconocía Cisco. Había salido con su mujer a tomar un vermut, pero en ver el escenario que se los planteaba, decidió dar media vuelta. De camino de vuelta, se detuvo a comprar dos volúmenes del manga preferido de su hijo. «El sábado estuvimos viendo una película de My Hero Academia y como nos lo pasamos muy bien, he decidido hacerle este regalo», comentó. El personaje que más le gustó fue Katsuki Bakugo, un héroe conocido por su carácter huraño y explosivo. Obras más clásicas de este género de origen japonés, comoOne Piece , también se dejaban ver pasando de mano en mano. La mujer de Cisco, Fina, reconocía que no lo atrae la ficción. En su caso, optó por adquirir las obras más recientes de Manel Alías y Pilar Rahola. También se decantó por apoyar a Sant Jordi.

Elementos festivos como el Buey, el Dragón, la Víbria, el Basilisco y el Peret Ganxet salieron de sus esconditesy desfilaron por el casco antiguo. Librerías, floristerías, el Ayuntamiento, la 'Diputacióde Tarragona', centros educativos, entidades de todo tipo y los partidos políticos rodearon la Prioral para desearle una buena festividad. Con todo, Vox no pudo disfrutar al 100% de la festividad y ha adelantado que denunciará a dos mujeres por|para una presunta agresión vivida ayer en su estand.

La exhibición castellera de los 'Xiquets', el encendido de las bestias de fuego y la iluminación de la fachada del Gaudí Centre cerraron un Sant Jordi dominical marcado por el calor y la masificación, pero también por el disfrute y el vermú.

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