Movilidad
Vecinos y tenderos de Santa Anna de Reus se quejan del «peligro» de los patinetes
Piden que se restrinja la velocidad de circulación y que se hagan más campañas para concienciar sobre su buen uso
Los patinetes eléctricos y otros vehículos de movilidad personal (VMP) son medios de transporte cada vez más utilizados en los núcleos urbanos. No obstante, la convivencia con el resto de conciudadanos con quienes comparten la vía pública no siempre es sencilla.
Vecinos y tenderos del arrabal de Santa Anna manifiestan que, en la actualidad, hay un «problema» con el uso imprudente que hacen algunos usuarios de estos elementos. En concreto, señalan que la percepción de peligro es más elevada desde que se ha pacificado la segunda fase de la vía, entre la plaza de Cataluña y la calle de Santa Anna.
«Los patinetes no se apartan, ni sus usuarios bajan del encima, sino que van lanzados y tira millas», reconoce Esteve, nombre falso de un vecino de la zona que prefiere mantener su identidad en el anonimato. El portavoz de los comerciantes del arrabal de Santa Anna, Marc Niubó, matiza que la problemática ha existido «siempre», pero es ahora que se percibe con mayor claridad la difícil convivencia entre peatones y usuarios de VMP porque «la gente pasea más» por el centro de la calzada. «A veces voces que los patinetes pasan deprisa y que aprovechan para derrapar cuando han regado; un poco más de control iría bien, porque salen de la calle de Valentí Almirall lanzados y es peligroso», expresa.
Niubó comenta que la semana pasada oyó como un usuario de patinete tenía que clavar los frenos para evitar chocar contra un niño que se había marchado del lado de sus padres. Esteve explica que, en más de una ocasión, lo han adelantado rozando su cuerpo. «Te enganchan de lleno y te hacen daño; con un descuido de ellos mismos o yendo tú distraído y girando de golpe, como no los oyes venir, ya los tienes encima», lamenta.
Es por este motivo que Esteve considera que patinetes y peatones no tendrían que compartir espacio, sino que tendrían que circular por zonas segregadas. «Ya que todo eso se ha hecho para que la gente pasee y disfrute de estar en el exterior, que sea sólo para peatones y punto», asevera. Xavier Moreno, vecino del barrio Madre Molas que frecuenta el núcleo histórico, comparte opinión. «Los patinetes son una molestia, los odio, sólo sirven para que los ladrones se escapen antes. La ciudad es para andar», remacha.
Por otra parte, Niubó y Esteve comentan que no sería necesario prohibir el acceso de los VMP en el arrabal, sino, simplemente, restringir su uso y concienciar a los usuarios para que circulen adecuadamente. El portavoz de los comerciantes propone que se instalen señalizaciones que indiquen que se trata de un espacio para peatones y que se tiene que reducir la velocidad. «Son detalles que parece que no hacen nada, pero si se ven, psicológicamente, te hacen levantar el dedo del acelerador», asegura.
Hay que recordar que la Ordenanza de Movilidad Sostenible, aprobada por el pleno de marzo y que entrará en vigor el 1 de julio, establece que la velocidad máxima permitida para bicicletas y VMP en calles residenciales será de diez kilómetros por hora. Esteve, a su vez, sugiere hacer más charlas en los centros educativos y campañas de prevención de accidentes.
Trabajo hecho
En este contexto, el portavoz de los comerciantes del arrabal celebra que, si bien «falta trabajo para hacer», cada vez se ven más usuarios de patinete con chalecos reflectantes y casco –cuyo uso sólo es «recomendable» según la ordenanza. «Al final, si estamos intentando reducir las emisiones de los vehículos de motor, pero tenemos vehículos eléctricos y de fuerza humana, entiendo que se tiene que poder acceder al centro con bicicleta o patinete, pero con moderación», concluye Niubó.
La Guardia Urbana ya ha llevado a cabo múltiples campañas preventivas de control de VMP con el objetivo de reducir los accidentes. Entre otras cuestiones, recuerdan a los usuarios que no pueden circular con un número de personas superior a las plazas del vehículo y que sólo pueden transitar por aceras y zonas de peatones a paso de personas.