Un millar de alumnos disfrutan de 'Pedro y el Lobo' en el Teatre Fortuny de Reus
Lo hacen en el marco del 'Cap Infant sense Fortuny'
Un lobo, un gato, un pato, un pájaro, tres cazadores, Pedro y su abuelo subieron ayer al escenario del Teatre Fortuny. Los casi mil niños que se congregaron para ver la obra –divididos en dos sesiones–, sin embargo, no tenían que temer. No iban a ver bestias salvajes, ni armas de fuego, sino escuchar las trompas, el clarinete, el oboe, la flauta travesera, la percusión, los instrumentos de cuerda y el fagot de la orquesta Camerata XXI-Ciutat de Reus.
La tercera edición del programa pedagógico, musical e inclusivo Cap Infant sense Fortuny permitió a los alumnos de quinto y sexto de Primaria descubrir los secretos del teatro –cómo se inauguró en 1882 con Faust, de Charles Gounod, o que se edificó sobre el solar del antiguo convento de las carmelitas– y disfrutar del cuento Pedro y el Lobo, ambientado, esta vez, en los Pirineos.
«El objetivo es que los niños conozcan el Fortuny, que puedan estar al menos una vez y, al mismo tiempo, que se familiaricen con la música, a ver si despertamos futuros actores y músicos», expresó la presidenta del Patronato de la Fundación Teatre Fortuny, Dolors Sardà. La presencia del lobo como antagonista del relato no era casualidad, dado que se quería aprovechar para concienciar sobre la importancia de conservar esta especie en peligro de extinción.
Por este motivo, el final de la obra difería ligeramente del clásico musicado por Prokófiev. El cánido no era enviado al zoo, sino a su hábitat natural: el bosque. «Su presencia es de lo más cautivadora y saber que vuelve a campar por tierras catalanas es una gran noticia», había avanzado la narradora antes de los primeros vaivenes de la batuta.