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Urbanismo

Concluyen las obras del arrabal Santa Anna de Reus a falta de instalar el mobiliario

Los comerciantes están «contentos» con el resultado final y creen que es una oportunidad para dinamizar el centro de la ciudad

Imatge de com ha quedat el raval de Santa Anna.

Concluyen las obras del arrabal Santa Anna de Reus a falta de instalar el mobiliarioGerard Martí

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Con la retirada de vallas, la obra de la transformación de la calle de Salvador Espriu y del segundo tramo del arrabal de Santa Anna ya ha llegado a su conclusión. La vía es de plataforma única, se han sacado las rejas de los alcorques, se han construido nuevos parterres y, antes de llegar al parking Simonet, una fuente y un área de juegos pintados en el suelo –un tablero de ajedrez, otro para el tres en raya y una rayuela– presiden un espacio pensado para el disfrute de los niños.

Con todo, el aspecto del arrabal y de la calle no es el definitivo. Si bien el trabajo de los albañiles ha acabado y el espacio es fácilmente transitable para cualquier peatón, queda pendiente instalar el mobiliario, cosa que se hará «en las próximas semanas», tal como explican fuentes municipales. En concreto, se prevé dotar la vía pública de parklets, sillas, papeleras, bancos de madera, aparcabicicletas y tableros de ajedrez, entre otros elementos.

Tampoco se ha acabado de definir cómo se controlará el acceso y la restricción de vehículos en la zona y, desde el consistorio, se sigue trabajando para buscar la solución definitiva. No obstante, los comerciantes celebran la victoria que supone el final de unas tareas que han supuesto nubes de polvo, ruido y vallas que limitaban el paso y la visibilidad.

«Creemos que está quedando bien, estamos contentos y tenemos ganas de poder hacer cosas», valora el portavoz de los tenderos del arrabal de Santa Anna, Marc Niubó. El también regente de la bodega La Parra cree que, completada la transformación, el arrabal puede ser «un buen lugar para hacer actividades de dinamización y descentralizar el comercio», de manera que el centro de la ciudad tenga «forma de ocho» y no se limite a la «T» que conforman la plaza del Mercadal y las calles Monterols y Llovera.

Niubó apunta que el objetivo de la pacificación es impulsar el flujo de peatones desde la plaza presidida por el Ayuntamiento hacia la Prioral de Sant Pere, la plaza de les Peixateries Velles y la plaza del Castell, de una banda, y hacia la calle de las Galanes, la plaza de Catalunya y el arrabal de Santa Anna, de la otra. Asimismo, el portavoz de los comerciantes plantea una serie de propuestas para acabar de mejorar la idoneidad del espacio.

Por ejemplo, sugiere construir más pipi-canes cercanos al núcleo histórico «para no ensuciar lo que se ha hecho», dado que los perros aprovechan los alcorques, que ahora son de tierra y antes tenían piedras, para orinar. «Hay mucho incivismo, pero, en parte, se explica por el hecho que no está el equipamiento», comenta.

También pide que se arreglen las baldosas de la acera, ya que algunas de ellas están levantadas y acumulan debajo el agua utilizada para limpiar las calles, salpicando a las personas que tienen el infortunio de pisarlas. Otra de las tareas pendientes es podar los árboles. «Podrías bajar de un primer piso por el árbol», detalla. Aunque asegura que el arrabal de Santa Anna ha quedado «muy bonito» y que sólo quedan «detalles», señala que «no se pueden olvidar».

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