Diari Més

Nombres, apellidos y las falacias no formales en campaña

La vorágine de propuestas electorales sin traba ha compartido espacio esta semana con los primeros reproches contra los adversarios y con retos de uno contra uno

Llauradó va estar acompanyada de Natàlia Mas i Oriol Junqueras a l'acte central de campanya.

Nombres, apellidos y las falacias no formales en campañaGerard Martí

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Una falacia no formal es un razonamiento que utiliza premisas inadecuadas para intentar justificar una conclusión. En otras palabras, se utilizan argumentos que poco o nada tienen que ver con lo que se quiere comunicar, que apelan al emisor o a las emociones y no al mensaje; sea de forma expresa o involuntaria. Los últimos siete días naturales han estado cargados de discursos ad verecundiam, los que defienden una sentencia como cierta porque lo ha pronunciado una autoridad considerada competente en la materia, un referente a quien no se le puede discutir. Su sola presencia es motivo de silencio, escucha y subyugación.

Nada ha tenido Reus a envidiar al Paseo de la Fama de Hollywood. Jordi Turull y Albert Batet (Junts), Salvador Illa (PSC), Carlos Carrizosa (Cs), Joan Ignasi Elena, Natàlia Mas y Oriol Junqueras (ERC), Isabel Lázaro (Vox) y Xavier Pellicer (CUP) son algunos de los nombres que se han paseado por el Mercat Central, la avenida del Carrilet o el puente de acceso al barrio Gaudí. Su función estaba clara: mostrar el apoyo al candidato de su partido a las elecciones municipales.

El aval de presidentes, secretarios generales y diputados refuerza la imagen del alcaldable. Demuestra que ha conseguido que Reus sea conocida en Barcelona o en Madrid. Un hecho que, en realidad, se basa en la mera presencia de una persona, que ostenta un cargo determinado y que expondrá un discurso que, en la mayoría de los casos, repetirá una vez y otra limitándose a cambiar el nombre de los municipios que visite. Illa confía en el liderazgo de Rubén Viñuales para «poner en marcha» Tarragona «como paso previo para poner Cataluña en marcha». También considera que Sandra Guaita es la candidata ideal para «poner Reus en marcha como un primer paso para poner Cataluña en marcha».

El secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, y el presidente del grupo parlamentario, Albert Batet, fueron los primeros en pisar la ciudad, el viernes pasado. Batet cargó contra ERC para hacer que Cataluña pase «vergüenza» con cuestiones como el proceso de las oposiciones a funcionarios que se tendrán que repetir.

A su vez, Turull, quien fue uno de los artífices de la conversión de Pallarés en una estrella en su presentación como alcaldable en el Teatro Bartrina, centró su ataque en el PSC por la gestión de Rodalies. No era la primera vez que el partido mayoritario en el pleno hacía referencia a las deficiencias del servicio ferroviario. Pallarès ya había instado a la candidata socialista, Sandra Guaita, a dar explicaciones sobre el «desprecio» del Gobierno estatal hacia la capital del Baix Camp en esta dirección.

Precisamente, la obsesión de Teresa Pallarès por Guaita ha llegado esta semana a un nuevo nivel. En el pasado, ya le había recriminado pasar demasiado tiempo en Madrid –la candidata socialista es diputada en el Congreso. Cuando el PSC colgó un cartel en la estación de autobuses de Tarragona con el mensaje «recuperamos la capitalidad», Junts respondió con uno propio con el lema «somos capital» –si bien alegó que cada uno tiene sus estrategias y negó ninguna relación entre las dos iniciativas.

Eso sí, lo hizo en Reus, en la avenida Vidal i Barraquer. Fue el martes cuando Pallarès desafió abiertamente a Guaita a mantener un cara a cara para contraponer dos modelos de ciudad «claramente opuestos», un debate que, cuando falta una semana y pico para la cita con las urnas, no se espera que tenga lugar. El siguiente paso sería instalar un cuadrilátero justo en medio de la plaza del Mercadal.

A estas alturas, el PSC ha optado por la prudencia y el silencio en la guerra dialéctica. Guaita picó en el anzuelo con la cuestión de Rodalies, replicando que Pallarès tendría que preguntar a su partido el motivo por el que votó en contra de unos Presupuestos Generales del Estado que garantizaban partidas para el servicio ferroviario y para la estación intermodal, pero ya no lo ha vuelto a hacer. Con tres fuerzas políticas disputándose el podio de la representación consistorial, la estrategia de Junts podría estar encaminada en buscar desestabilizar el que consideran su principal adversario. Después de formar equipo de gobierno durante dos legislaturas, no sería comprensible una crítica feroz hacia ERC. Como Scar enEl Rey León, todo vale para ascender al trono.

Noemí Llauradó había quedado en la sombra de la polémica. Dejaba que los otros se pelearan y se limitaba a sus asuntos. Hasta el mitin del miércoles. Acompañada de Oriol Junqueras y de la consejera de Economía y Hacienda, Natàlia Mas, recordó a los ciudadanos decepcionados con la clase política que sólo han experimentado qué es tener un alcalde de Junts y del PSC, pero nunca uno republicano, mensaje afianzado por Junqueras, que denunció que la «coalición conservadora» ha «secuestrado» buena parte de los valores que hicieron de Reus la segunda ciudad de Cataluña. En medio del fuego cruzado, la CUP ha cargado contra ERC y Ara Reus, formación que, al mismo tiempo, recibió una torta por parte de Cs. Para los días finales, quizás será necesario cambiar la americana por un protector bucal y unos guantes de boxeo.

Seguridad asegurada

Las propuestas electorales se han centrado estos días en el ámbito de la seguridad. Junts prometió «tolerancia cero» con las ocupaciones; Valents, incorporar agentes cívicos y del ocio nocturno; el PSC y Ara Reus, crear aplicaciones para mejorar la comunicación entre ciudadanía y Guardia Urbana; ERC, impulsar un plan director que permita modernizar el cuerpo de seguridad. Las propuestas para incrementar la plantilla tampoco faltaron.

La nota diferencial la protagonizó el equipo de Noemí Llauradó. La candidata, así como la número 5, Marina Berasategui, estuvieron acompañadas del consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, a la hora de presentar sus medidas. La presencia de Elena ya validaba que la propuesta republicana era ideal. Con tantas ideas, será imposible cometer ningún delito en Reus. Los partidos tendrán que buscar nuevos elementos a criticar para el 2027.

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