Diari Més
Cristina Garreta Girona

Directora de las Bibliotecas Municipales de Reus

Sociedad

«Reforzar la lectura en catalán es uno de los grande retos»

Conversamos con Cristina Garreta con motivo del 20.º Aniversario de la Biblioteca Central Xavier Amorós

Cristina Garreta, este martes, en la Biblioteca Xavier Amorós.

«Reforzar la lectura en catalán es uno de los grande retos»Gerard Martí

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—La Biblioteca Xavier Amorós abrió puertas en el 2003. ¿Como ha ido transformándose y adaptándose para convertirse en la biblioteca que es hoy día?

—Pienso que hemos conseguido una cosa importante, que es habernos hecho un lugar entre la ciudadanía. Los ciudadanos cuentan con nosotros, somos una puerta abierta y muy concurrida, tanto para las personas privadas como para las entidades y otros departamentos del Ayuntamiento. En este sentido, pienso que hemos hecho una buena red que nos conecta con el territorio. Después, en Reus nos ha pasado que muchas cosas han surgido de la iniciativa privada, la cual tiene unas condiciones de acceso que no siempre son igualitarias. Este ha sido nuestro papel, ofrecer una puerta abierta a las personas que quieren acceder a niveles básicos de cultura, ampliamente entendida. Es decir, no hablemos sólo de leer y escribir, sino también del acceso a los medios digitales, a la información científica, a las actividades del fomento de la lectura que ofrecemos desde los usuarios más pequeños...

—Precisamente la biblioteca infantil es uno de los ejes centrales del proyecto. ¿Cómo la planteáis?

—Trabajamos para fomentar la lectura, cuanto antes mejor. También queremos ser una biblioteca educadora. Eso se puede hacer a todos los niveles, pero nos interesa especialmente en el ámbito infantil. Por eso trabajamos mucho con las escuelas, pensamos que el primer contacto con la biblioteca tiene que venir a través de ellos. Pero tampoco renunciemos a las actividades familiares, porque aunque queremos estar vinculados a la formación, también queremos ser educadores en el ámbito del ocio.

—Entre el público infantil y el adulto hay los jóvenes. ¿Son la asignatura pendiente?

—Son un gran reto. Los tenemos aquí, vienen y se quedan. Ahora, por ejemplo, nos llenan las salas para estudiar. Pero no participan en las actividades. La pregunta es si eso pasa porque no acabamos de encontrar la manera de vincularlos, o simplemente tenemos que aceptar que el uso que hacen, en este momento y en esta edad, es este, y quizás no pasa nada y lo tenemos que vivir con tranquilidad.

—Años atrás la función principal de las bibliotecas era el préstamo de libros. ¿En qué se centra ahora la oferta de servicios?

—El préstamo sigue siendo importante, sobre todo de novela. Pero también tenemos un papel como cohesionadores sociales, generamos un espacio de convivencia con todo tipo de generaciones, procedencias, condiciones o habilidades. Después, hay personas que viven solas y que, quizás no participan en las actividades, pero que vienen cada día un rato a leer, con todo lo que comporta: vestirse, salir de casa, y encontrarse con un entorno socializado.

—También ponenla mirada en los autores locales.

—Sí, eso es muy importante. Nosotros vemos la producción bibliográfica local como un patrimonio. Hace falta tener presente el talento de hoy y recogerlo para el día de mañana, vinculándolo al patrimonio bibliográfico de la ciudad.

—Cuáles son los retos que encaráis de cara al futuro?

—Uno importante son las nuevas tecnologías. Es un reto que vamos asumiendo poco a poco, también porque necesitamos un apoyo que va más allá de nuestro proyecto, que necesita una inversión mayor por parte del Ayuntamiento o la Generalitat. Pero es un camino trazado. Estamos pensando en qué contenidos nuevos podemos generar que conecten con esta nueva sociedad. La pandemia nos dio la oportunidad de desarrollar nuevos contenidos digitales y ver cómo nos sentíamos, y vimos que hay que trabajarlo muy a fondo. Por otra parte, también hemos empezado a digitalizar la hemeroteca histórica, con todos los contenidos de carácter local.

—También está la cuestión de la lengua.

—El tema de la lengua lo oímos, lo asumimos y lo afrontamos como un reto. En la Biblioteca Pere Anguera hemos empezado a hacer un experimento, que consiste en una ludoteca literaria donde tenemos que hablar todo el rato en catalán. Después, con respecto a la lectura, hay una diferencia brutal entre el catalán y el castellano, y eso nos preocupa mucho. Pero estoy convencida de que somos un ámbito que puede aportar experiencia y proyectos. Por ejemplo, con los clubs de lectura: ofrecemos 25, de los cuales uno es en castellano (y otro en inglés). Reforzar mucho la lectura en catalán es un gran reto.

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