«En Reus tenemos que apostar por viviendas de primera acogida para dar respuesta a emergencias»

— ¿Qué expectativas tiene de cara a los comicios?

— Nos presentamos con solidez y firmeza, que es como hemos gobernado. Tenemos muchos proyectos que ya hemos empezado; algunos, como el de la Hispània, están adjudicados. Estamos llevando a cabo una transformación urbanística importante de la ciudad, la estamos preparando para el futuro. Tenemos que ser el motor del área metropolitana y eso no son palabras vacías. Desde Reus, trabajaremos en la configuración de esta área y tenemos mucho que decir en la definición de las infraestructuras. No esperaremos que nos las definan desde Madrid ni desde Barcelona.

— ¿Qué quiere decir?

— Hay temas cruciales en cuanto a infraestructuras encima de la mesa. Lo primero, el diseño de la entrada del tranvía en la ciudad, que será muy importante. Justo estamos desplegando un modelo de movilidad, con la nueva ordenanza y los carriles bici. Estos ya no son temas de programa electoral. Son obligatorios. El futuro nos marca hablar de movilidad, de sostenibilidad... También será clave la digitalización. En algunos puntos de la ciudad, todavía no llega lo suficiente la señal de Internet cuando, a día de hoy, tiene que ser un derecho básico para todo el mundo. Reus es una ciudad digital, la segunda en empleo tecnológico, pero todavía hay temas que no podemos decidir desde aquí. Otro de los grandes retos que nos viene es el agua. Tenemos que trabajar para tener las infraestructuras hídricas que nos permitan ser competitivos. Reus no se puede volver a quedar sin agua. Tenemos que estar preparados para afrontar el futuro. Este será el mandato del agua.

— ¿Qué harían para garantizar que siga habiendo agua?

— Ya hace tiempo que se tiene que ir pensando en nuevas infraestructuras. En Reus, hay planteado un tratamiento terciario en torno a la depuradora, a fin de que el agua se pueda regenerar. La industria química hace muchos años que lo está haciendo y, con estos procesos, prácticamente se obtiene H2O pura. Esta agua, de momento, no es apta para uso de boca, pero sí que lo es para la acequia. No tenemos que olvidar al campesinado.

— Anunció cuatro ediciones de los Bonos Reus al año. ¿Cómo se financiarían estos vales extra?

— Será una de las prioridades en los presupuestos del Ayuntamiento. Después, ya veríamos en la Mesa de Comercio cómo se distribuyen. Lo dejaría en manos del tejido comercial, que pueda diseñar cómo lo quiere hacer. Quizás prefiere concentrarlos en campañas concretas, como Navidad, o con los cambios de temporada. Si acaba diciendo que lo mejor sería programar dos veces al año, daré apoyo a la propuesta. Lo dije, más bien, con la idea de que eso se pueda planificar.

— Han afirmado que las mil viviendas de alquiler social serán una realidad en el siguiente mandato. Eso ya se había prometido en el 2019. ¿Se pueden comprometer a que, esta vez, se harán?

— Claro que sí que será de verdad. Reus tiene un problema de vivienda. ¿Qué hemos hecho en este mandato? Hemos actualizado el plan local de vivienda, y eso no es poca cosa. Hemos hecho una diagnosis real, actualizada, de la ciudad, y hemos proyectado más de 600 viviendas. Hemos recuperado la Casa dels Mestres y hemos proyectado nuevos pisos en el barrio del Carme, en la Hispània y en Mas Iglesias. En Reus, hay 40 grandes tenedores que tienen una carta firmada por Teresa Pallarès diciendo que se les abrirá un expediente sancionador porque hemos comprobado que su vivienda está vacía. Tienen que tener una función social. Cuando se nos acusa que no hemos hecho políticas de vivienda, me duele, porque se han hecho, y muchas. Además, se ha ayudado a más de 2.000 familias a pagar, con subvenciones y bonificaciones, su alquiler o la hipoteca. Sólo con que haya una persona que tenga un problema de vivienda en Reus, Teresa Pallarès también tiene un problema de vivienda, y así lo seguiré diciendo. Hay margen de mejora, mucho. Hay dificultades, muchas, pero no bajaremos la guardia.

— ¿Por qué no se han alcanzado las mil viviendas?

— No es un tema de números, sino de ser proactivos. También tenemos que apostar por una zona de viviendas de primera acogida, que no están preparados para una larga estancia, pero sí para cubrir el impacto inicial y dar respuesta a situaciones de emergencia, hasta que servicios sociales pueda derivar a la persona.

— ¿Cree que puede pasar factura el pacto del PDeCAT con Ara?

— Espero que no. Es una decisión que han tomado. Nosotros tenemos gente que viene del PDeCAT, de CiU, de otros partidos... En política, todo el mundo toma sus decisiones y tiene sus estrategias.

— ¿Qué retos tendrá que afrontar el Reus del futuro?

— Un tema que tenemos pendiente es la conectividad entre los barrios. Son la ciudad y necesitan puntos de atención centrales y conexiones. De aquí que hayan salido los modelos de autobús a demanda. La gente tiene que sentir que forma parte de Reus. De pequeña, tenía una tía que vivía en el barrio Fortuny y, cuando quería acercarse al centro, decía que iba a Reus. Eso forma parte de nuestro lenguaje cotidiano, pero tenemos que irlo cambiando.