Reeditar gobierno, el asalto del PSC o dejar de estar juntos

¡Ya está aquí, ya ha llegado, ya es blanca Navidad! Bien, no, pero casi. Una sensación análoga ha invadido a la población. Este domingo, 28 de mayo, los más de 70.000 electores irán a depositar un papelito a las urnas con la ilusión con la que esperan el 25 de diciembre. La premisa es pintiparada: si se han portado bien –es decir, si votan a quien toca– recibirán un buen regalo.

La diferencia radica en el hecho de que, esta vez, no es el niño el que escribe la carta llena de deseos, sino que los doce Reyes Magos de Reus les han presentado un catálogo de ofertas y propuestas difíciles de rechazar. «Construiremos una gran zona verde, o dos por el precio de una», ya se puede escuchar sin tener que encender la televisión.

En realidad, el escenario del domingo se prevé opuesto al planteado. La ciudadanía está desencantada con la clase política y la abstención podría ser de récord. Noemí Llauradó, la alcaldable de ERC, comentó en su acto central de campaña que los reusenses sólo pueden estar decepcionados con el PSC y con Junts, los únicos partidos que han ocupado la alcaldía en democracia.

«Seré el candidato el que os haga recuperar la ilusión por la política», expresó Daniel Rubio, de Ara Reus, en el debate celebrado el miércoles, organizado por Canal Reus, Diari Més y el Centro de Lectura. Recuperar esta ilusión no será tarea fácil y, de hecho, a algunos, los grandes, quizás tampoco les interesa restaurarla. Ya tienen un cupo de votantes fieles que les seguirán en la primera línea de fuego y la fragmentación de los pequeños, los grupos que aspiran a entrar en el consistorio con uno o dos concejales, puede causar que todos, de izquierdas o de derechas, se queden en las puertas del pleno.

Todo apunta que será complicado ver una mayoría absoluta y que el pactismo será determinante. Una primera opción que hay que poner sobre la mesa es la posibilidad de reeditar el equipo ejecutivo de los últimos ocho años. La encuesta publicada por Diari Més en la edición del 19 de mayo daba a ERC y Junts una estimación de entre 6 y 7 concejales por partido y una ligera ventaja favorable a los republicanos.

En el mejor de los casos, Teresa Pallarès y Noemí Llauradó obtendrían 14 concejales y, por lo tanto, el gobierno de la ciudad. Ambas mostraron sobre el escenario del Teatro Bartrina una complicidad atípica de los debates electorales, repeliendo conjuntamente cualquier ataque que se pronunciara sobre su gestión. Parece haber sintonía y, en este punto, la presidencia de la Diputación de Tarragona podría marcar la diferencia. Si bien también se la disputan desde la capital provincial, un intercambio de roles entre las formaciones podría desencallar la alianza definitiva. ¿Cómo sonaría que Noemí Llauradó fuera alcaldesa y Teresa Pallarès, presidenta de la Diputación? ¿Y si se mantiene la figura de vicealcaldesa?

Hay que plantear el escenario adverso. ERC y Junts se quedarían con doce concejales. Necesitarían dos más para estar tranquilos. Aquí entraría en juego, otra vez, Ara Reus. El 2 es su número fetiche, no se mueve ni hacia arriba ni hacia abajo. Daniel Rubio y Dolors Vázquez podrían repetir al frente de los departamentos de Medio Ambiente y Seguridad, respectivamente, pero no todo el mundo estaría dispuesto a aceptar una tercera edición del matrimonio.

La CUP quiere gobernar, ahora sí. Lo ha afirmado su candidata, Mònica Pàmies. Uno de sus objetivos es conquistar el área de Juventud. En el 2019, los anticapitalistas ya se mostraron dispuestos a ceder la alcaldía a Llauradó. A quien no querían es a Carles Pellicer, igual que ahora no sienten amor hacia Daniel Rubio. «Dice que quiere estar con gente como tú. ¿Como el señor Rubio, que dice que es municipalista y hace políticas empresariales? ¿O como la CUP?», preguntó Pàmies, apelando directamente a la líder republicana. El barómetro otorgaba cuatro ediles a la CUP, pero el rompecabezas permite seguir jugando.

En Comú Podem aspira a debutar en el campo reusense. Los pronósticos apuntan que se tendrá que disputar los minutos con formaciones como Valents, Vox y Reus en Moviment –a pesar de la variedad ideológica, la división de opciones dificulta llegar al porcentaje necesario para sumar el primer escaño. Las izquierdas, por minoritarias que puedan ser sus representaciones, permitirían plantear un escenario alternativo para desbancar a Ara Reus del equipo de gobierno.

No se puede olvidar, de ninguna manera, al PSC, el gran triunfador de la noche electoral, según la encuesta. Sandra Guaita sale desde la pole position, pero faltará determinar si el resto de equipos permitirán su ascenso al trono. Si bien la candidata socialista sólo ha señalado Vox como línea roja, Teresa Pallarès ha cargado duramente contra ella, así que resulta complicado que se entiendan si no les obligan fuerzas mayores.

ERC consideró, en el 2019, que un pacto con la formación entonces encabezada por Andreu Martín no era verosímil por la aplicación del artículo 155. En política, nunca se tiene que descartar nada y todo el mundo asegura que va a ganar y que se ve alzando los puños en señal de victoria. ¿Cuál será el as bajo la manga de Guaita? ¿El efecto Josep Baiges acabará marcando la diferencia?

La guerra de la derecha

Aunque Débora García asegura que tiene muy buenas expectativas de cara al 28 de mayo, la espiral negativa en la que se ha sumergido Ciudadanos en el panorama español hace difícil pensar que repitan los tres concejales de los comicios anteriores. Su bajada la podría aprovechar el PP para volver al consistorio. Con Sílvia Virgili como nueva cara visible del proyecto, los populares han apostado por trabajar las redes sociales.

Incluso, Virgili –así como David Vidal (ReM) y Daniel Rubio- apareció en el programa Vilatà Rius Reus, emitido por YouTube. Con el acto final de campaña, esperan causar furor y evitar que los indecisos den el salto a Valents de una expopular como Dolors Compte. Cayetana Álvarez de Toledo y Alejandro Fernández visitarán la capital del Baix Camp para determinar el duelo de las derechas.