«Hay que entrar en las galerías de arte con más naturalidad»

—Este año la Galería Anquin's celebra el 50.º aniversario. La historia de este espacio emblemático de la ciudad no se habría escrito sin la iniciativa que, ahora hace cinco décadas, tuvieron sus padres, Pepita Giner y Antoni Quinteiro.

—La madre fue la cabeza visible, pero la idea fue de los dos. Mi padre tuvo mucho que ver, porque era muy emprendedor. Desde muy joven había tenido la inquietud de buscar y comprar obras de arte, y este mundo le gustaba mucho. Y la madre, que había trabajado al negocio familiar, el Colmado Giner, tenía mucho don de gentes . Hacían un buen tándem. Cuando decidieron abrir la galería yo tenía unos diez años y recuerdo que, cuando me lo dijeron, no sabía ni qué era aquello.

—Ni usted, ni seguramente mucha gente de Reus...

—Sí, fue una de las primeras galerías que se abrieron fuera de Barcelona, y eso fue muy nuevo. Pero desde el primer momento, tuvieron muy buena acogida a la ciudad. Desde el principio, expusieron con un nivel muy alto, reflejándose en otras galerías de Barcelona. Inauguraron en marzo de 1973 y, en mayo, ya hicieron el primer Salóde Maig, que fue una de las cosas más emblemáticas de l'Anquin's, porque se convirtió en punto de encuentro de artistas de todas partes. Desde el comienzo, los padres fueron muy innovadores, además de llevarla galería de manera muy profesional.

—Han pasado 50 años y la visión del arte, así como la sociedad, han cambiado bastante.

—Con los años, nos hemos ido adaptando a los nuevos tiempos. Ahora no tenemos tantas visitas presenciales como virtuales, a través de las redes o internet. Tenemos más seguidores que visitantes. Después, ya no es tan importante estar en Reus, porque puedes llegar al mercado mundial a través de las redes y las ferias... Y aunque la misión de una galería como la nuestra siempre ha sido hacer de puente entre los artistas y el público, ahora el mercado es global: podemos llegar a un público más amplio. La dificultad consiste en encontrar artistas que tengan interés y se puedan promocionar a escala mundial.

—Qué criterios aplicáis para hacer esta elección?

—Son criterios muy personales, y, de hecho, lo bonito de las galerías de arte es que todas tienen su personalidad. Aquí no hay franquicias, no encontrarás nunca lo mismo en dos galerías, porque cada una imprime su carácter con sus artistas. Nosotros, por ejemplo, tenemos unos artistas bastante fieles. También intentamos incorporar artistas jóvenes y, después, también tenemos un interés especial en la escultura contemporánea.

—Ahora los artistas jóvenes están más formados de lo que hace unos años.

—Nos gustaría trabajar más con artistas y coleccionistas jóvenes, pero no es tan fácil. Una cosa es que haya muchos artistas que tengan una formación y que se quieran dedicar profesionalmente en el mundo del arte y, la otra, que a la sociedad lo pueda absorber. Entrar en el mundo de las galerías no es fácil, y ganarse la vida como artista es complicado. Es difícil poder dar apoyo a todos los artistas jóvenes, igual que es complicado que la gente joven se acerque a las galerías de arte. Si no te han llevadolos padres, o has ido con alguien, existe una especie de barrera. Pero se tendría que entrar con más naturalidad, porque una galería de arte es un espacio gratuito donde todo el mundo es bienvenido.

—Todavía entendemos las galerías de arte como tiendas …

—Sí, pero nuestra voluntad no es sólo vender a los artistas, sino también que sean|estén conocidos y apreciados, que la gente disfrute con el arte. Por eso hacemos actividades paralelas que nos llevana otros públicos.

—También tenéis que rebatir la creencia que el arte es difícil de entender, que no es para todo el mundo.

—Yo diría a la gente que no tenga miedo de visitar una galería o un museo, y que lo haga sin prejuicios. Que se deje llevarse porlas emociones y las sensaciones. Después, a base de ver exposiciones, vas entrando, te vas formando un criterio. Es entrar en un mundo abierto a las interpretaciones. Es cierto que hay un arte más conceptual que requiere un esfuerzo intelectual y que eso a menudo ha creado una cierta distancia. Pero, en la galería, seguimos una línea equilibrada entre una parte más de concepto y una parte más estética, que consideramos que también es importante, porque el arte, además de incorporar un mensaje, también tiene que emocionar.